Nuestro grupo no es que sea especialmente numeroso, y para más inri, cada fin de semana tenemos no sé cuantas rutas donde poder elegir...es difícil juntar a todos, pero si hay un día por excelencia para poder hacer esa hazaña, ese día sin duda es el miércoles; y si hay alguien fiel a esa cita semana tras semana, sin duda alguna es Teo. ¡Y ayer no iba a ser menos!
Dado el calor que hacía pensamos que debíamos retrasar la salida hasta al menos las seis...craso error, la teníamos que haber retrasado hasta las doce de la noche por lo menos...y es que la temperatura a las seis era la misma que a las cinco, ni un grado ni uno menos. Bueno, dado que el río está cerca la idea era alcanzar la rivera del Júcar y para llegar hasta allí no apretar demasiado.
Pronto llegamos a El Carmen, el viento nos daba lago de espaldas y los kilómetros si se hacen por buena pista cunden mucho. Desde La Roda llegamos a Fuensanta y desde allí hasta la citada aldea.
Desde aquí la idea era bajar al río para seguir la pista de la margen derecha y a ser posible, llegar hasta El Concejo.
Continuamos un buen rato por esta margen, los kilómetros seguían cayendo y la verdad que la temperatura en la parte baja del valle era sensiblemente inferior. Pasamos por Fuensanta, El Carrasco y bien pronto empezamos una serie de sendas que van desde allí en dirección La Marmota.
Las sendas estaban algo sueltas...muy sueltas...y en algún momento tuvimos que echar el pie a tierra; nada tenía que ver con las sendas que hice el domingo anterior. Teo conocía algo aquella zona pero se le escapaban algunos de los sitios por donde pasamos, cosa que agradeció pues es realmente bonita aquella zona.
Muy cerca del puente del AVE decidimos que lo mejor era subir de nuevo y retomar el camino de La Roda. El problema es que no nos dimos cuenta de la hora y ya eran cerca de las ocho...eso de salir una hora después nos descolocó.
Vuelta para La Roda
Subimos por el barranco del Concejo y tomamos camino de La Roda, pasando cerca de Montalvos y de varias aldeas que por allí existen. Eso sí, el camino de vuelta fue muy duro, pues como ya os he contado con anterioridad, el viento de cara, fuerte, seco y muy caliente nos pasó factura al cabo de unos kilómetros.
Cerveza, divino tesoro
Pero no hay nada que una buena cerveza no pueda arreglar...y para muestra, aquí os dejo un par de instantáneas del momento...je je je
