Amboise
En el corazón de la zona central de los Castillos del Loira tenemos esta pequeña ciudad medieval, a tan sólo 20 kilómetros de Tours, y punto estratégico para el resto de visitas que vamos a realizar.
Sobre 16.000 almas son las que allí pululan habitualmente, amén los turistas que nos unimos durante casi todo el año, lo que hace que aunque no sea un pueblo excesivamente grande, tenga muchísimo ambiente por sus calles.
Sin duda es una ciudad monumental principalmente por su castillo y por la mansión de Clos Lucé, que unidos a las edificaciones de las calles principales hacen que nuestra visita sea más que agradable.
El río Loire discurre al lado de Amboise, y de paso le regala un pequeño islote que se une por un puente al resto de la población: desde el castillo las vistas del río son impresionantes.
Historia
Nos encontramos en una población importante para la historia del renacimiento, pues aquí vivió los tres últimos años de su vida nada menos que Leonardo Da Vinci, precisamente en la mansión Clos Lucé, dentro del casco de la ciudad.
¿Por qué eligió esta ciudad? Pues en esta ciudad es donde creció Francisco I de Francia, más concretamente en el castillo real que domina toda la ciudad. Este rey fue un auténtico mecenas de las artes y el Renacimiento le debe mucho precisamente a su figura; tanto es así que no es de extrañar que el mismo Leornardo Da Vinci eligiera esta ciudad.
Con este pequeño marco histórico ya podemos hacernos una idea de que esta ciudad siempre ha tenido un papel relevante, y claro está, que uno de los castillos más emblemáticos del Loira se sitúe aquí.
Castillo
El castillo es imponente, sin duda alguna. El exterior se haya rodeado de una muralla extraordinariamente alta, haciendo que el bastión fuera inexpugnable. Hemos de tener en cuenta que esta zona denominamos "Chateau" tanto a los castillos como a los palacios, siendo los pertenecientes al bajo medievo los que tenían una misión realmente defensiva, y los que a partir del renacimiento se convierten en extraordinarias mansiones-palacios de campo.
La rampa de acceso al recinto se eleva hasta llevarnos a la parte alta del macizo, en cuya plataforma aparecen los jardines, el edificio donde se encuentran los aposentos reales y como no, la capilla de Saint-Hubert, donde se hayan los restos de Leonardo Da Vinci.
Merece la pena el visitar la parte alta del lienzo de la muralla para poder disfrutar de las vistas sobre Amboise y el río Loira. Una vez dentro de los aposentos reales, iremos disfrutando de una serie de habitaciones contiguas que nos cuentan como vivieron los distintos reyes que tuvieron la suerte de morar allí.
Evidenteme. si tenemos tiempo al finalizar la visitar al castillo, podemos ir hacia Clos Lucé que está a unos centenares de metros, donde visitaremos la mansión de Leonardo Da Vinci.
Pagoda de Chateloup
Llama poderosamente la atención una construcción oriental en las afueras de Amboise, nada menos que la pagoda del castillo de Chanteloup. Si buscamos el castillo no encontraremos nada, fue desmontado piedra a piedra por una sociedad mercantil allá en 1825, y eso que fue uno de los más grandes de la comarca, tanto es así que sus jardines no tuvieron nada que envidiar a los del propio Versalles.
Hoy en día podemos visitar el único resto que queda en pie, la pagoda, en la cual podremos ascender hasta el último piso donde nos regalaremos unas estupendas vistas sobre el paisaje y los enormes bosques que nos rodean.
Calles
Callejear por Amboise es una muy buena idea, sin duda alguna, y de alguna u otra manera seguro que tendremos que pasar en algún momento por la torre del reloj, una de las zonas más concurridas de la ciudad.
Además, por toda esta zona podremos encontrar una gran cantidad de restaurantes y tiendas de delicatessen más que recomendables, porque, no nos olvidemos, no sólo hemos venido a ver piedras.
Productos
Si eres un apasionado de la comida estoy más que seguro que uno de los placeres de este viaje va a ser sin duda alguna el tomar alguno de los quesos de la zona, de cabra para ser más exactos, y si me permiten me voy a decantar por: Sainte-Maure de Touraine (cilíndrico, con cenizas en la corteza y un paja en el centro -desconozco su misión, la verdad-), Pouligny Saint-Pierre con sus notas a heno y en forma piramidal y como no, Pouligny Saint-Pierre, redondo, denso y algo más suave; siempre empiecen por el más suave para acabar con el más fuerte, rieguen con vino tinto, dejen que el queso tome la temperatura ambiente y por favor, corten el queso con delicadeza y con cortes finos...su paladar lo agradecerá.
Por supuesto, no podemos irnos sin tomar foie, pero sinceramente a mí me van más otras texturas, y sin dudarlo me decantaría por los rillettes, que es muy parecido sólo que presenta una textura más consistente y hebrosa.
No podemos olvidar que esta zona tratan al conejo como se merece y hay multitud de recetas...y claro está, la ternera. En cuanto a los pescados parece que no se prodigan demasiado, y aunque aseguran que la pesca se practica bastante, es muy difícil encontrar una pescadería.
La carta de vinos es inmensa, y el recomendar uno o varios en concreto me parecería una tomadura de pelo...lo que nosotros solemos hacer es coger varios de la zona, no fijarnos demasiado en la etiqueta, y tomar blancos, rosados, y como no, tintos, ¡para que vamos a andar con tonterías!
En la cerveza tengo sin embargo una recomendación, se trata de una cerveza artesana que tiene un equilibrio prefecto dulce-amargo, sin que presente un sabor a levadura sumamente intenso como algunos maestros cerveceros piensan por estos lares, se trata de la cerveza L'Amboisienne (versión etiqueta azul)...pfff, servida bien fría gana enteros.
Aquí os dejo el mapa de la zona con las chinchetas puestas, y como no, una buena colección de fotos en este enlace.
Un abrazo...Edu
No está nada mal visitar el pueblo en el que vivió una temporada Leonardo Da Vinci y rememorar la historia de un genio, aunque solo fuesen sus tres últimos años de vida, Amboise.
ResponderEliminarDesde luego, te has cebado con los castillos, que cantidad de fotos y todas y cada una, a cual mejor.
Desde luego, las vacaciones las has aprovechado a topo..., castillos, pueblos, andar, beber, comer y...., descansar y desconectar. Creo que esto último es fundamental, pero si es que además, lo haces en compañía de la familia y en un sitio como el que has elegido para las vacaciones..., pues ya sabes, miel sobre ojuelas.
En fin, muy buenas explicaciones del pueblo y de todo aquello que siempre es destacable a través de la historia de esa zona.
Un saludo Edu.
Creo que queda claro que es un sitio muy especial, una región muy grande y con un sabor especial. Este lugar, Amboise, es una guinda en el pastel, y además, es un punto estratégico para el resto de visitas.
ResponderEliminarY en cuanto a la comida, pues eso, que voy a decir que no se sepa ya de este país, la cocina es uno de los grandes tesoros de este territorio (y del nuestro), y es que al final, nos parecemos mucho más de lo que la gente puede pensar.
Y sí, los viajes en familia son otra cosa, por lo menos en mi caso, y creo, amigo mío, que en el tuyo también..¡donde va a para!
Bueno, a ver si me dejan y puedo seguir con las crónicas que últimamente estoy muy solicitado...jaj aj ja
Un abrazo...Edu