¡Buenas Tardes amigos! Una nueva ruta ha caído hoy, desde Albacete hasta La Marmota y de aquí a Motilleja por el margen izquierdo del río.
Para tal evento, nos hemos dado cita a las 08h.00' en La Tamos, como vienes siendo habitual cuando salimos por esta zona, de izquierda a derecha, Javier (un vecino de Andrés que hoy se venía a la ruta), Nino, Pedro Lara Rubio, Edu y Andrés. En la foto de abajo salgo yo que, jjajajajajajajaja, también iba en la ruta....
Una vez los saludos y presentaciones de rigor, nos hemos encaminado a subir los dos puentes para dejar el Cementerio atrás, hacia el Depósito Municipal de coches de la Policía Local y desde aquí..., a buscar el Cordel de Pozo Rubio hasta llegar a la Pinada cercana a La Marmota, en concreto al Paraje de San Isidro, en el que siempre hacemos una para para tomar un respiro después de los casi 30 kms. que hay hasta aquí.
Hoy no bajaríamos por la Senda del Koro hacia el Río, ya que la última vez, las raíces de los árboles estaban muy sueltas y altas y los escalones de la senda por la que solemos bajar, estaban muy rotos.
Hoy tocaba bajar por otra senda 500 metros más adelante y que discurría paralela a la carretera que va hacia Tarazona de la Mancha.
La senda es ancha con un inclinación considerable y lo pero de ella, es que tenía bastantes reguerones o cárcavas con bancos de arena que en algún momento han hecho extremar las precauciones.
El primero en bajar la Senda ha sido Nino y ya detrás, hemos ido todos, así que la llamaremos "La Senda de Nino".
Esta senda va a parar a la parte delantera de la Casa de Pontones, ¡vamos......, para que os entendías....! la casa en la que siempre que bajábamos al río por la Senda del Koro, nos salía un cacho de mastín con muy, pero que muy mala leche.
Tras salir a la carretera y atravesar el puente sobre nuestro querido río, aún hemos seguido por la carretera unos 600 metros para rápidamente, tomar una camino que nos salía a nuestra derecha y ya desde este punto la ruta la marcaba el GPS.
Deciros que iríamos ciclando por el margen izquierdo del río, en dirección a Motilleja y a unos 200 o 300 metros del mismo, sin perder nunca los caminos paralelos.
El camino se presentaba bien, pero al poco de empezar a ciclar, Eolo, el sempiterno Eolo, ha hecho acto de presencia.
Soplar, lo que es soplar como las previsiones de las páginas del tiempo anunciaban, 5 o 6 kms/hora, no soplaba,sino que sobrepasaba los 12 a 15 kms/hora y claro, después de unos 35 kms, esto se acusa.
Hay que tener en cuenta, que desde que hemos tomado estos caminos, todo el rato y el resto de la ruta hasta Motilleja, va picando para arriba, no con unos porcentajes exagerados, pero siempre rondando el 2%...., a eso añadimos el viento y, a eso añadimos, el terreno, lleno de chinarros y bancos de arena, que de verdad que nos han puesto muy difícil darle al pedal para salvar el trayecto hasta Motilleja.
Poco a poco y a base de buen humos y charleta, hemos ido ganando kilómetros pero lo cierto es que este tramos se estaba poniendo pesado y en algún momento, incluso diría yo que se estaba atragantando..., y no es que el trazado fuese excesivamente complicado de hacer, es que el viento nos lo estaba poniendo difícil.
Aún así, hemos seguido ciclando dejando atrás unas cuantas fincas abandonadas y montones de almendros, que no tenían muy buena pinta, no habían florecido como en ellos es normal, pero que aún así, ahí estaban, saludándonos.
Ya os digo que el trazado estaba bien dibujado y trazado, a pesar de la infinidad de caminos que salían por ambos lados de nuestro recorrido.
De hecho la ruta, en algunos momentos tenía algún que otro rompe piernas, que nos obligaba constantemente a cambiar el ritmo del pedaleo y jugar con todos los desarrollos de la bici, utilizando platos y piñones de la mejor manera para poder subir y bajar de la forma más adecuada y minimizar el esfuerzo, pues aún nos quedaban unos 7 kms. para llegar a Motilleja y luego, la vuelta para Albacete.
Por si era poco, es decir, viento, chinarros, bancos de arena y pendiente, ha hecho acto de aparición el riego, el puñetero riego, que en alguna que otra ocasión nos ha obligado a reducir el ritmo para no ponernos perdidos de barro, pero aún así....., barro nos hemos traído para Albacete.
Esta claro que esta ruta en verano con los riegos a tope, es una barbaridad hacerla, sopena que no nos importe llegar hasta los ojos de barro, con lo que esto supone para la bici y..., bueno, pues para todo.
Pues ya quedaba poco para Motilleja, de hecho la veíamos el campanario de la Iglesia, así que hemos apretado los dientes y cerrado el "orto" y nos hemos ido derechos para el bar que Andrés nos había recomendado.
El Bar, no me acuerdo como se llama, pero os puedo decir que está en la salida de Motilleja hacia Albacete por la bajada al río y Las Pinaillas.
Tan buena era la temperatura, que hemos subido a una pequeña terraza que tiene dicho bar para almorzar, de esta manera también teníamos controladas a la burras...., que nunca se sabe.
Pues he de deciros, que este bar ha sido un descubrimiento. Por 5 € hemos tomado medio bocata de chusmarro a la brasa con tomate y ajioli, frasca de vino clarete con gaseosa, carajillos quemados de tres colores y chupitejos de la alegría. ¡Olé, olé y olé!
Después del almuerzo, bueno..., perdón...., antes del almuerzo, Pedro Lara Rubio y Nino se ha ido a buscar unas sendas por la zona de Motilleja.
Nosotros, después del almuerzo, hemos tomado unos caminos cuesta abajo que nos han llevado a los dos puentes del río, el nuevo por dónde va la carretera y el antiguo, por donde iba la carretera antigua.
Por cierto, que mira que hemos pasado por debajo de los puentes, cientos y cientos de veces, y hoy..., hemos observado el entrelazado que sujeta la antigua carretera y la verdad, es que es impresionante.
Alguna que otra tonelada de hierro y remaches, se encargaron y se encargan de sujetar lo que queda del tramo de carretera antigua por la que se cruzaba el río.
Es curioso, pero yo es la primera vez que me he fijado en tal arquitectura de puentes..., y menos mal que Edu nos ha comentado de parar para verlo y fotografiarlo, que sino, ni darnos cuenta.
Desde aquí, la idea era sencilla, subir la carretera hasta la vía de servicio abandonada y hasta Albacete.
A la altura del Polígono Romica, Javier ha hecho un demarrage y se ha ido, supongo que tendría prisa por llegar a Albacete, alguna cita o comida seguro, así que nos hemos quedado, de los seis ciclistas del principio, tan sólo Andrés, Edu y yo.
Una vez llegados a Albacete, Andrés se ha ido, pues tenía comida familiar y Edu y yo, nos hemos ido a La Oficina a tomarnos unas pintas de cerveza, bien merecidas.
Deciros que todas las fotografías de la crónica son cortesía de los ilustres ciclistas que hoy se han dado cita en esta ruta, que por cierto ha salido de tirada larga, como nos gustan en este grupo.
Buena ruta, con buena gente que ha hecho muy ameno el día y el recorrido, a pesar de que el viento nos ha vapuleado de lo lindo.
Os dejo los datos técnicos de la ruta:
Tiempo efectivo de pedaleo, 04h.27'42"
Distancia recorrida, 77'980 kms (no han salido los 83 kms, ya que la hemos recortado un poco)
Velocidad Media, 17'4 Kms/hora
Velocidad Máxima Alcanzada, 34'6 kms/hora
Una vez los saludos y presentaciones de rigor, nos hemos encaminado a subir los dos puentes para dejar el Cementerio atrás, hacia el Depósito Municipal de coches de la Policía Local y desde aquí..., a buscar el Cordel de Pozo Rubio hasta llegar a la Pinada cercana a La Marmota, en concreto al Paraje de San Isidro, en el que siempre hacemos una para para tomar un respiro después de los casi 30 kms. que hay hasta aquí.
Hoy tocaba bajar por otra senda 500 metros más adelante y que discurría paralela a la carretera que va hacia Tarazona de la Mancha.
El primero en bajar la Senda ha sido Nino y ya detrás, hemos ido todos, así que la llamaremos "La Senda de Nino".
Esta senda va a parar a la parte delantera de la Casa de Pontones, ¡vamos......, para que os entendías....! la casa en la que siempre que bajábamos al río por la Senda del Koro, nos salía un cacho de mastín con muy, pero que muy mala leche.
Tras salir a la carretera y atravesar el puente sobre nuestro querido río, aún hemos seguido por la carretera unos 600 metros para rápidamente, tomar una camino que nos salía a nuestra derecha y ya desde este punto la ruta la marcaba el GPS.
El camino se presentaba bien, pero al poco de empezar a ciclar, Eolo, el sempiterno Eolo, ha hecho acto de presencia.Soplar, lo que es soplar como las previsiones de las páginas del tiempo anunciaban, 5 o 6 kms/hora, no soplaba,sino que sobrepasaba los 12 a 15 kms/hora y claro, después de unos 35 kms, esto se acusa.
Hay que tener en cuenta, que desde que hemos tomado estos caminos, todo el rato y el resto de la ruta hasta Motilleja, va picando para arriba, no con unos porcentajes exagerados, pero siempre rondando el 2%...., a eso añadimos el viento y, a eso añadimos, el terreno, lleno de chinarros y bancos de arena, que de verdad que nos han puesto muy difícil darle al pedal para salvar el trayecto hasta Motilleja.Poco a poco y a base de buen humos y charleta, hemos ido ganando kilómetros pero lo cierto es que este tramos se estaba poniendo pesado y en algún momento, incluso diría yo que se estaba atragantando..., y no es que el trazado fuese excesivamente complicado de hacer, es que el viento nos lo estaba poniendo difícil.
Aún así, hemos seguido ciclando dejando atrás unas cuantas fincas abandonadas y montones de almendros, que no tenían muy buena pinta, no habían florecido como en ellos es normal, pero que aún así, ahí estaban, saludándonos.
De hecho la ruta, en algunos momentos tenía algún que otro rompe piernas, que nos obligaba constantemente a cambiar el ritmo del pedaleo y jugar con todos los desarrollos de la bici, utilizando platos y piñones de la mejor manera para poder subir y bajar de la forma más adecuada y minimizar el esfuerzo, pues aún nos quedaban unos 7 kms. para llegar a Motilleja y luego, la vuelta para Albacete.
Por si era poco, es decir, viento, chinarros, bancos de arena y pendiente, ha hecho acto de aparición el riego, el puñetero riego, que en alguna que otra ocasión nos ha obligado a reducir el ritmo para no ponernos perdidos de barro, pero aún así....., barro nos hemos traído para Albacete.
Esta claro que esta ruta en verano con los riegos a tope, es una barbaridad hacerla, sopena que no nos importe llegar hasta los ojos de barro, con lo que esto supone para la bici y..., bueno, pues para todo.
Pues ya quedaba poco para Motilleja, de hecho la veíamos el campanario de la Iglesia, así que hemos apretado los dientes y cerrado el "orto" y nos hemos ido derechos para el bar que Andrés nos había recomendado. El Bar, no me acuerdo como se llama, pero os puedo decir que está en la salida de Motilleja hacia Albacete por la bajada al río y Las Pinaillas.
Tan buena era la temperatura, que hemos subido a una pequeña terraza que tiene dicho bar para almorzar, de esta manera también teníamos controladas a la burras...., que nunca se sabe.
Pues he de deciros, que este bar ha sido un descubrimiento. Por 5 € hemos tomado medio bocata de chusmarro a la brasa con tomate y ajioli, frasca de vino clarete con gaseosa, carajillos quemados de tres colores y chupitejos de la alegría. ¡Olé, olé y olé!
Después del almuerzo, bueno..., perdón...., antes del almuerzo, Pedro Lara Rubio y Nino se ha ido a buscar unas sendas por la zona de Motilleja.
Nosotros, después del almuerzo, hemos tomado unos caminos cuesta abajo que nos han llevado a los dos puentes del río, el nuevo por dónde va la carretera y el antiguo, por donde iba la carretera antigua.
Alguna que otra tonelada de hierro y remaches, se encargaron y se encargan de sujetar lo que queda del tramo de carretera antigua por la que se cruzaba el río.
Es curioso, pero yo es la primera vez que me he fijado en tal arquitectura de puentes..., y menos mal que Edu nos ha comentado de parar para verlo y fotografiarlo, que sino, ni darnos cuenta.
Desde aquí, la idea era sencilla, subir la carretera hasta la vía de servicio abandonada y hasta Albacete.
A la altura del Polígono Romica, Javier ha hecho un demarrage y se ha ido, supongo que tendría prisa por llegar a Albacete, alguna cita o comida seguro, así que nos hemos quedado, de los seis ciclistas del principio, tan sólo Andrés, Edu y yo.
Una vez llegados a Albacete, Andrés se ha ido, pues tenía comida familiar y Edu y yo, nos hemos ido a La Oficina a tomarnos unas pintas de cerveza, bien merecidas.
Deciros que todas las fotografías de la crónica son cortesía de los ilustres ciclistas que hoy se han dado cita en esta ruta, que por cierto ha salido de tirada larga, como nos gustan en este grupo.
Buena ruta, con buena gente que ha hecho muy ameno el día y el recorrido, a pesar de que el viento nos ha vapuleado de lo lindo.
Os dejo los datos técnicos de la ruta:
Tiempo efectivo de pedaleo, 04h.27'42"
Distancia recorrida, 77'980 kms (no han salido los 83 kms, ya que la hemos recortado un poco)
Velocidad Media, 17'4 Kms/hora
Velocidad Máxima Alcanzada, 34'6 kms/hora
