La cueva de "Los Chorros", en Riópar provincia de Albacete, es el nacimiento del río Mundo, un auténtico espectáculo de la naturaleza el que podemos contemplar, del que según muchos, es el más bello nacimiento de un río de este país.
Se trata de una cueva situada en la parte media de una impresionante mole de piedra, en un monte que forma una especie de teatro alrededor de este punto, y donde el agua brota de ella para precipitarse en una majestuosa cascada de más de cien metros. Desde aquí, todavía el río Mundo es capaz de regalarnos unos cuantos saltos de agua hasta llegar el punto más bajo, donde el río va serenando su cauce poco a poco.
Son muchas los elementos que hacen que este nacimiento y su entorno sean únicos, pero sin duda alguna el fenómeno "el reventón" es el que más fama ha dado a este paraje. Todos los años, en invierno, se producen una o varias descargas puntuales de agua que llenan por completo la cueva de agua, y durante al menos un día, es imposible acercarse a ningún punto del nacimiento debido a la descomunal cantidad de agua desalojada en esos momentos.
Este fenómeno se produce normalmente en los meses de enero, marzo, noviembre y diciembre, y como he dicho antes, puede repetirse varias veces al año. Para que esto ocurra deben coincidir varios factores, un régimen de lluvias algo generoso, de unos 100 mm unos 15 días antes, acompañados con alguna que otra lluvia de 40-50 mm diarios, y seguidos de un período donde la temperatura ambiente y la presión disminuyan, esto es, un primer período de compresión con la aportación de agua y un segundo período de descompresión, lo que conlleva un aumento del nivel del agua y produce, por lo tanto, el fenómeno del "reventón".
Además, la sabiduría popular nos dice que con los vientos componente Oeste las probabilidades son mucho mayores, lo cual parece muy lógico a tenor de lo expuesto en el párrafo anterior, pues suele ser un viento mucho más frío y produce esa necesaria bajada de temperaturas.
Otro dato realmente curioso, es que la cantidad de agua que sale expulsada durante el fenómeno es muy superior a la que se ha recogido en los días anteriores, ¿por qué? El sistema de la cueva posee un entramado de galerías que sobrepasa los veinte kilómetros, y en todo ese trazado existen una gran cantidad de lagunas, sifones y sifones invertidos, interconectados por túneles de muy diverso tamaño, de modo que cuando una de las salas rebosa de agua y se produce un desalojo repentino, el aire sale expulsado repentinamente, con variaciones extremas de presión, lo que produce una especie de succión en todo el sistema lagunar.
Para que nos hagamos una idea, el caudal mínimo de agua de los Chorros es de 50 l/sg, mientras que durante el fenómeno del "reventón" se ha llegado a medir un máximo de 100.000 l/sg, y en total puede llegar a expulsar unos 25 hectómetros cúbicos.
Todos estos datos podéis encontrarlos en unos artículos muy interesante de Francisco Pavía y Pablo Albaladejo. Os recomiendo su lectura para entender mejor este proceso.
Este año, en diciembre ya hemos tenido el primer "reventón" del invierno y a modo de tradición familiar, siempre que se produce uno, nos gusta ir allí para poder ver el espectáculo que allí nos espera. Todas las fotos que veis en esta crónica son, precisamente, de nuestra última visita en diciembre de 2017.
Si decidís acudir a este paraje, declarado parque natural, quiero haceros una recomendación: si vuestra visita es en fin de semana no utilicéis las horas centrales del día pues es tal la cantidad de gente que acude, que desvirtúa en parte la excursión, es preferible acudir muy temprano, o bien, por la tarde. Si acudís durante un día de diario no hay problema alguno. Por otro lado, el acceso está controlado en el inicio de la carretera del paraje y no se permiten accesos incontrolados, con lo cual es probable que tengáis que aguardar vuestro turno.
Y antes de acabar, sí que me gustaría contaros la experiencia vivida por mi mujer y yo, allá por el mes de diciembre de 1998, donde pudimos presenciar en vivo y en directo un "reventón" del que os aseguramos que no olvidaremos jamás, pues nunca habíamos visto algo más bello y más salvaje que esa cantidad de agua brotando y de ese modo desde la cueva. En aquella época la cámara que teníamos era de "carrete", así que esta fue la única foto que se pudo hacer en condiciones, y que ahora os mostramos aquí.
El sonido es ensordecedor y estremecedor, pudiendo ser oído a varios kilómetros de distancia; la cantidad de agua que sale hace que se produzca una espesa cortina de gotitas de agua que normalmente se congelan y conforme avanzas hacia la cueva, se van clavando en el rostro. El acceso se debe hacer por la pista de la parte superior, pues la parte inferior queda completamente inundada, siendo imposible el acceder por la zona de las cascadas pues el agua lo ocupa todo.
Si eres aficionado a la BTT, no dejes de visitar estas otras crónicas de rutas que puedes hacer por allí, por Riópar, y que a buen seguro no te dejarán indiferente.
Un saludo...Edu
No diré nada que empañe las fotos que has colgado en la crónica..., simplemente son una maravilla. De todo lo escrito, ¿qué decirte que no sea verdad o no comparta? Los que habéis tenido la suerte de presenciar el reventón sois unos privilegiados. Algo digo ve verse y recordarse.
ResponderEliminarUn saludo.
Algún día, con tiempo suficiente, tendremos que volverlo a ver, seguro que sí. Es algo realmente maravilloso.
EliminarEn mi casa tenemos la sana costumbre de ir cuando revienta la cueva. Para la próxima te aviso.
Nos vemos el domingo, con agua, nieve...o lo que sea..ja ja ja
Un abrazo...Edu