Los títulos de una crónica puede decir mucho sobre ésta, desde cual es su contenido hasta si vamos a reír. En este caso, es una auténtica descripción de lo que pasó el sábado 13 de enero de 2018, donde otra vez nos dimos una buena ruta por Chinchilla y sus montes...¡aunque al final no lo fue tanto para mí!
La cuestión es que habíamos quedado en vernos Pedro Lara R., Luis y éste que suscribe, el sábado a las nueve de la mañana para dar buena cuenta de una ruta chinchillana, de las de subir todo el rato y alguna vez, bajar (pero poco). Y esto que os cuento, lejos de ser una perogrullada es lo que ocurre cuando uno va de ruta serrana, o visita una ciudad "empinada", todo son cuestas y cuando bajas, ni te enteras.
Y dicho lo dicho, resulta que el blog ya superó las cien mil visitas, tanto que el otro día pude ver el contador en una cifra mágica, 111.111, así que ahí os va la instantánea. Era motivo de celebración, pues en tan sólo dos años y diez meses hemos conseguido una cifra bastante buena, y digo era, en pasado, porque el sábado amanecí con una desagradable sensación, más bien con la necesidad de ir abonando los campos que ahí desde aquí hasta Chinchilla. Pero hete aquí que al cabo de un rato de ir en la bicicleta se me fue olvidando esa desagradable sensación que se fue sustituyendo por otra de mal cuerpo, dolores estomacales unidos y pequeños mareos con alguna de sensación de frío...¡lo normal cuando uno sale en BTT!...ja j aj aj a
En fin, que lejos de amedrentarme me puse a darle al pedal (eso sí, despacio) y acompañado de mis dos fieles escuderos, nada menos que Luis y Pedro Lara R., nos fuimos hacia el Bosque de las Palabras, para encadenar desde ahí con el matamulas, a continuación la senda de los toboganes, llano de las gallinas, río seco, senda del open o bosquecillo, alto del repetidor, mini-zetas y por fin, vuelta hacia Albacete por la vía de servicio. Toda una serie de sendas y cuestas que hicieron las delicias de mis compañeros, porque lo que era a mi...despacio, despacio y con retortijones.
Menos mal que todo tormento tiene fin, y el mío estaba cerca, tanto es así que tuve que perdonar la cerveza de los campeones (la de la rehidratación), por una manzanilla y de hecho, salir disparado para casa porque no sabía seguro si iba a llegar en las mismas condiciones en las que había salido. Y eso que habíamos quedado con Nino para pasar un rato con él, pero ni por esas, fue superior a mis fuerzas.
En fin, que al final pude completar 48 kilómetros de montes, a mi ritmo, eso sí, y que mis compañeros, como siempre, supieron estar a la altura de circunstancias como esta, que son las que mandan, que le vamos a hacer.
Un abrazo...Edu
¡Joder! Pues si que estamos buenos en los 40 Rutas. Yo con catarrazo que me ha pasado factura desde el Miércoles pasado, pasado por agua..., valga la redundancia y, tú con virus estomacal, que aconseja más estar a lado del WC que salir de ruta con la bici. En fin es lo que tenemos en esta grupeta.
ResponderEliminarNo obstante, veo que hicisteis una buena ruta con una jartá de sendas, nada desdeñables.
Saludos Edu y a ver si tomamos todos el ritmo.
No puede usted imaginar la dimensión que tiene lo de «normalidad» en estos momentos...pero vamos, que seguro como un Omega que antes o después, la retomaremos, seguro que sí.
EliminarPues nada, que ya alargan los días y dentro de nada a guardar la ropa de invierno...ja ja ja
Un abrazo...Edu