Buenos días.
A veces cuesta retomar la normalidad, volver a hacer las cosas que hacías normalmente, a veces cambia todo y las cosas dejan de ser lo que eran, a veces...pero nuestras salidas durante la semana siguen siendo una constante y la válvula de escape que durante la semana, utilizamos para tener ese rato de sosiego y esparcimiento, cerveza incluida.
Así que con ese espíritu ayer jueves, que no miércoles, nos vimos Teo, Nino, Pedro Lara R. y éste que suscribe (seguro servidor de vds). La cuestión es que el miércoles estuvo lloviendo, ese raro y extraño fenómeno que consiste en caer agua desde el cielo sobre la tierra, y claro está, decidimos posponer la ruta para el jueves...es bueno saber adaptarse.
Y además cambiamos la tradición de quedar a las 17:00, a las 16:30, eso sí, en la misma esquina de siempre; lo cierto es que lo de adelantar la hora parece que ayer no lo llevamos demasiado bien, ¡será la costumbre!
Bueno, la idea era acercarnos por las laderas de Chinchilla, un poquito de sube y baja y volver a una buena hora a nuestro querido Albacete; Teo está recuperando la rodilla muy bien, empiezan los fríos y los días son muy cortos, así que lo razonable era hacer una ruta así.
Salimos de Albacete por el cordel de Chinchilla y desde allí nos fuimos derechos hacia la subida de los escalones de la sierra de la Cabrera, de modo que pronto alcanzamos la parte inferior del cerro de la antena y desde allí nos fuimos derechos hacia el Pozo de La Peña, pasando por la zona de las lagunas (sólo cuando llueve, no creáis).
Al llegar al Pozo de la Peña encontramos una estampa muy especial y que ha dado lugar al nombre de la crónica, nada menos que doce gatos tomando los últimos minutos de sol antes de que se ponga..todavía quedaban algunos más por ahí sueltos, pero no quisieron ponerse para la foto.
Bueno, pues hecha la foto nos pusimos en marcha hacia Chinchilla, con algún que otro susto por parte del cambio de Pedro que no parecía que tuviera ayer su mejor día, y con un ritmo tranquilo pero muy uniforme llegamos al pueblo. Todavía quedaba algo de luz así que decidimos que se podía subir al repetidor para tomar la senda que sale de la balsa, desde allí al Llano de las Gallinas y finalmente, por el Río Seco hacia abajo, hacia Albacete.
La noche se nos echó encima y no tuvimos más remedio que parar para abrigarnos algo más pues la temperatura bajó muchos grados de golpe, es lo que tiene este tiempo, pero es que si no hace frío ahora, ¡ya me dirán cuando va a hacer!...jej j e j
En fin, que la vuelta a la ciudad la hicimos en un pis pas, buen ritmo, con el bueno de Teo completamente recuperado de su rodilla y a una cadencia bastante maja, pero no demasiado fuerte pues tampoco tenía yo el cuerpo para muchos esfuerzos, así que, con la tranquilidad de una ruta bien realizada, nos dijimos que el premio tenía que ser en forma de líquido amarillo, espumoso y bien frío, o sea, que nos fuimos hacia el bar Alarde, donde dimos cuenta de un par de cervezas ganadas a pulso en una tarde algo fría.
Poco más os puedo contar de la ruta, simplemente que hicimos sobre unos 47 kilómetros y que las sensaciones fueron buenas, ya lo creo que sí. Aquí os dejo el enlace a las fotos.
En cuanto a la próxima salida serrana que teníamos preparada para Yeste, hemos tenido que cambiar algo el lugar; se tarda casi dos horas en llegar a Yeste, pero con las heladas que están cayendo el trayecto puede ser incluso de más tiempo y por supuesto mucho más peligroso, con lo cual hemos preferido hacer la ruta del día 7 de diciembre en las sierras de Peñascosa, que también son una garantía de éxito.
Un abrazo...Edu
¡Chinchilla y sempiterna Chinchilla....!¡Qué tendrás sierra chichillana que a todas rutas tu ciclar siempre gana! En fin, menos mal que la tenemos aquí al lado y es una muy buena alternativa para estos días de poca luz y que además garantiza una ruta extraordinaria.
ResponderEliminarLo de los gatos es algo curiosos, pero sabido es que a estos felinos les encanta el sol y el descanso y si esos rayos de sol, les proporcionan todo eso..., pues nada que decir.
Una pena no poder acompañaros en la ruta, pero las obligaciones mandan y además, ni siquiera pude tomar la cerveza con vosotros, que desastre.
Saludos Edu y C.I.A.
Je je je..la verdad es que daba gusto de ver a todos los gatos allí concentrados en la puerta de la casa, se ve que el sol se había quitado de allí no hacía mucho tiempo y todavía estaba caliente esa pared, así que ahí los tenías a todos, disfrutando un poco del calor.
EliminarAl cabo de unos minutos subimos hacia el repetidor, y cuando empezamos a bajar hacia el río seco no veas tú el frío que empezó a hacer, tremendo.
Bueno, eso sí, al final nos tomamos la cerveza...ja ja ja
Un abrazo...Edu