¡Conseguido! ¡Lo hicimos otra vez! De nuevo hemos ido andando desde Albacete hasta El Sahuco, nada menos que 54 kilómetros...y sepan ustedes que puestos uno detrás de otro, los 54 de marras, pues resulta que son una barbaridad...lo que pasa es que no lo sabíamos antes...ja ja ja
Y empezando por el principio,valga el pleonasmo, quien realmente tiene mérito es MªJosé, mi mujer, quien practica deporte pero no con la asiduidad que lo hace servidor, lo cual le da una dimensión más grande, si cabe, a esos 54 kilómetros.
Lo mejor de esta edición es sin duda alguna el que no nos hemos lesionado ni siquiera un "poquito". Algún pequeño dolor hay, como no, pero sin ningún tipo de lesión que nos haya impedido seguir con nuestro ritmo normal.
En este sentido es evidente que una buena preparación física es fundamental (vaya novedad), pero sin olvidar una correcta actitud ante el esfuerzo: asumir que uno se tiene que cansar y preparar al cuerpo a que tiene que sufrir es fundamental para "atacar" este tipo de rutas.
¡Y que decir del equipo! Sin duda alguna es necesario acompañarse de buenos elementos, pero si tuviera que destacar algo en esta ocasión, el acierto pleno ha sido la adquisición de unos bastones de marcha nórdica y de unos calcetines especiales anti ampollas, todo un descubrimiento el que hemos realizado y desde luego, totalmente recomendables.
La ruta es una auténtica preciosidad: la primavera, los llanos, la transición a los primeros montes, la sierra...todo ayuda a que sea un día realmente delicioso el que se pasa. Y aunque el cansancio pasa factura conforme avanza el día, lo cierto es que el paisaje ayuda mucho a que esto no sea así (del todo).
Como ya hicimos en la edición anterior, elegimos la noche para comenzar la ruta, así que, a eso de las once de la noche empezamos nuestra pequeña aventura. Los primeros kilómetros fuimos con algo de incertidumbre: el comienzo del camino, parcelas con perros que ladraban continuamente y no amistosamente, la completa oscuridad hasta que tus ojos se acostumbran y bueno, que la noche siempre tiene una componente especial...así hasta el kilómetro 8, donde parece que se acabaron los ladridos y tomamos el "carreterín" que va desde la espalda de la antigua Escuela de Capataces (actual CPUIFP) hasta Aguas Nuevas.
Aquí viene la primera variación de la ruta, pues esta pequeña carretera se encontraba inundada justo en el cruce con la nueva autovía sur de Albacete, y uno no tiene más remedio que tomar un paso formado por tubo auxiliar que está a unos 250 metros a la izquierda (en el sentido de nuestra marcha, claro está)...abstenerse de pasar sin foco o sin tienes algo de claustrofobia.
Los kilómetros seguían cayendo de nuestro lado a un ritmo cercano a los cinco kilómetros por hora. Es cierto que normalmente andamos algo más rápido, pero teníamos por un lado los bastones, que nos hacen andar de un modo más sincronizado y se pierde algo de velocidad, y por otro, el peso de las mochilas, cercano a los cinco kilogramos y medio. ¿Por qué tanto peso? Pues esa misma pregunta nos hacíamos MªJosé y yo, pero que se le va a hacer, resulta que (y muy a nuestro pesar) no existe bar alguno durante el camino en el que se pueda "repostar" agua o comida o café o una cerveza bien fría, con lo que más le vale a uno llevar suficiente cargamento de agua, pues el único punto donde uno puede recargar agua con seguridad es en La Solana.
Entre estos pensamientos llegamos sobre las dos de la mañana a Aguas Nuevas, la mochila seguía pesando cinco kilos y medio, y la temperatura era algo más fresca; sin duda alguna para nosotros ha supuesto todo un alivio el no tener que soportar ningún tipo de calor durante la ruta.
Continuamos hacia El Salobral con el mismo ritmo, haciendo nuestros descansos de rigor cada hora, bebiendo (un poco) sin sed y comiendo (otro poco) sin hambre, pero en estos temas hay que ser muy tajante para evitar cualquier tipo de lesión.
Alcanzada la carretera que va desde El Salobral hasta Los Anguijes nos fuimos derechos hasta este pueblo con muchas ganas de llegar, pues era un punto en el que teníamos puesta una cruz de descanso más prolongado y lo cierto es que el sueño iba haciendo de las suyas: casi las seis de la mañana y todo un día sin dormir.
Desde aquí nos fuimos (con el mismo sueño que ya traíamos y con cinco kilos a las espaldas -aquí ya habíamos bebido y comido algo-) hacia Cañada Molina, la pequeña aldea que tiene dos charcas en su parte delantera, desde donde tomamos el camino a La Solana. Es esta una variación con respecto al recorrido de hace dos años, intentando coger un mejor camino, con menos piedras y mejor asentado...la verdad, es cierto que el camino está mejor, pero tampoco es que se trate de una autovía.
Aquí el paisaje se va transformando poco a poco, son las primeras estribaciones de la sierra que nos esperaba y claro, el camino es mucho más vistoso...no sólo eso, el amanecer nos sorprendió precisamente por esta zona.
Continuando por el camino señalado se transita por las proximidades de la cantera de la Evaporita. Aquí, el camino adquiere una pendiente bastante importante hasta llegar a la cuerda de Capiruzas, donde está situado el parque eólico. Es una subida no muy complicada, con algo de pendiente como ya he señalado, pero no muy larga y en la que hay que tener cuidado, sobre todo, donde se pone el pie.
Una vez arriba estamos cerca de La Solana, el punto donde podremos repostar agua y comprar algo de comida (si fuera o fuese necesario) en la carnicería de la fábrica de embutidos. Antes de llegar nos tenemos que acercar hasta la carretera vecinal A-41 N, la cual nos dejará directamente en la parte Este de La Solana, muy próximos a la fábrica de embutidos citada.
Aquí el descanso es de nuevo fundamental, más largo, con mucha agua y un buen bocadillo para ir reponiendo fuerzas. También es interesante el hacer buenos ejercicios de estiramiento, llevar algún tipo de crema para hacer masajes, y por supuesto, no dejar que el cuerpo se enfríe demasiado, pues los descansos muy prolongados en este tipo de días no son muy recomendables.
Desde aquí nos pondremos en marcha hacia la A-16, que es la carretera que une Peñas de San Pedro con El Sahuco. Es una carretera no muy transitada en la que es fácil no encontrar muchos vehículos...aún así hay que tener algo de cuidado.
El trazado ahora es bastante fácil, eso sí, siempre picando hacia arriba hasta llegar a los 1162 metros de El Sahuco...excepto los dos kilómetros finales, que son un pequeño regalo después de todo el día andando. Pasaremos por la aldea de La Rambla, y al cabo de unos kilómetros por el cruce de la aldea de El Roble...el problema es que no hay agua en ningún momento en todo el camino...así que, a estas alturas está uno hasta el gorro de tener que llevar la mochila cargada de agua y de comida, pero claro, más nos vale llevar suficiente líquido elemento para evitar cualquier tipo de problema.
Son estos kilómetros finales los más duros sin duda alguna: el saber que queda poco, el calor que aprieta, el cansancio acumulado...es en este momento cuando la cabeza nos tiene que ayudar realmente: saber aguantar ese cansancio y dolor con una sonrisa os aseguro que es sumamente recomendable.
Existen notables encinas y otros tipos de quercus por el camino que nos prestarán cobijo bajo sus ramas y en la que la temperatura puede bajar hasta un par de grados fácilmente, os recomiendo que si tenéis que hacer una parada, busquéis siempre uno de estos árboles y os adentréis en los entresijos del árbol...es toda una experiencia, os lo aseguro.
Los tres kilómetros finales pudimos hacerlos sin peso alguno, pues el coche de apoyo que nos tenía que recoger cargó con las mochilas, de modo que tuvimos un final realmente espléndido, a buen ritmo y además "cuesta abajo".
Lo cierto es que mi hermano nos estaba esperando allí para recogernos, pero lo hizo con estilo, como deben ser las cosas: ¡con una cerveza bien fría! Es un detalle de los que a uno se le graban en la memoria, ¡y de qué manera!
En fin, poco más os puedo contar de esta ruta: si realmente sois "andarines" os la deberíais plantear alguna vez, por su belleza y por su facilidad de hacer.
En cuanto a los datos más técnicos, tan sólo indicaros que la longitud de la ruta es de 54 kilómetros, con 700 metros acumulados de ascensión.
Un abrazo...Edu
Para saber: El Sahúco
Situado en las primeras estribaciones de la Sierra de Alcaraz a unos 1140 msnm, se trata de una aldea que pertenece al municipio Peñas de San Pedro, auténtico corazón de toda esta zona pues no en vano, posee una impresionante muela de piedra donde ya los árabes fundaron un primer castillo, Rupe Sancti Petri, conquistado entre 1213 y 1216 por las tropas cristianas que andaban en aquellos momentos por Alcaraz. Pozuelo, San Pedro y Alcadozo formaron parte de su territorio durante varios siglos.
Situado en las primeras estribaciones de la Sierra de Alcaraz a unos 1140 msnm, se trata de una aldea que pertenece al municipio Peñas de San Pedro, auténtico corazón de toda esta zona pues no en vano, posee una impresionante muela de piedra donde ya los árabes fundaron un primer castillo, Rupe Sancti Petri, conquistado entre 1213 y 1216 por las tropas cristianas que andaban en aquellos momentos por Alcaraz. Pozuelo, San Pedro y Alcadozo formaron parte de su territorio durante varios siglos.
Mapa de Peñas de San Pedro en 1753 |
El Sahúco recibe su nombre, probablemente, de una fuente que mana por debajo de la iglesia y que en su momento parece que estaba poblada por estos árboles. La primera referencia documental que existe es de 1677, y se refieren a la regulación de las limosnas en la ermita, lo cual hace pensar que ya existía con anterioridad algún tipo de construcción. Es a finales de este siglo XVI cuando parece que se construye el actual recinto y en el siglo XVII donde se van acometiendo mejoras que darán lugar, más o menos, al recinto que ahora conocemos. En cuanto a la imagen del Cristo del Sahúco se trata de una obra de finales del siglo XVI o principios del XVII, de unos 134 cm. de alto, de cabeza caída y de ojos semicerrados, la cual ha sido restaurada y algo modificada hasta llegar a nuestros días.
La Romería - La Carrera
A las ocho de la mañana el primer domingo de mayo tiene lugar la primera de las carreras, la cual consiste en recorrer los quince kilómetros que separan El Sahúco de Peñas de San Pedro con el Cristo alzado sobre los corredores. Es una carrera de relevos cuyos integrantes van vestidos de blanco con una especie de faja roja.
Foto de http://elsabucazo.com/la-romeria-del-cristo-del-sahuco-unica-en-espana/ |
Al llegar a Peñas de San Pedro la imagen es sacada del sepulcro y continúa hasta llegar a la iglesia principal del pueblo.
Allí permanecerá hasta el 28 de Agosto, fecha en la que se produce la “llevada del Cristo” de nuevo a El Sahúco, hecho que se produce de la misma manera que la “traída”, o sea, corriendo.
Allí permanecerá hasta el 28 de Agosto, fecha en la que se produce la “llevada del Cristo” de nuevo a El Sahúco, hecho que se produce de la misma manera que la “traída”, o sea, corriendo.
Enhorabuena, peazo profesionales ...
ResponderEliminarInteresante el blog.
Muchas gracias, Jesús. Lo cierto es que alguna vez tendríamos que preparar alguna de estas, no sé donde ni cuando, pero basta con que nos lo propongamos en la próxima quedada para ver si somos capaces de hacer algo de este tipo...¡yo creo que sí!
EliminarUn abrazo muy fuerte.
Saludos...Edu
Bueno Edu, segunda aventura al Sahuco conseguida y en mejores condiciones que la primera vez, a la vista del pedazo de crónica que te has montado.
ResponderEliminarBastones nórdicos, calcetines anti ampollas (yes Mr. Pollas), gel muscular, crema solar, sombreros pajeros, pañuelo al cuello, mochila con hidratación, frutos secos, buena forma física y sobre todo, actitud, actitud de ir hacia adelante, no mirar para atrás e ir comiéndote todos los kilómetros uno detrás de otro y así, hasta 54 kilómetros, que dicho sea de paso, son 54.000 metros, ahí es ná.
Fotos muy reveladoras de la ruta hacen que nos metamos de alguna manera en ella, sobre todo la del tubo, jajajajajajaja,
Felicidades Edu y María José.
jajajaajajaj
EliminarPues sí, lo del tubo por la noche da un poco de "cosica", pero bueno, como no va uno solo parece que le da menos miedo meterse en un sitio así.
Creo que lo has resumido muy bien: el equipo, la forma física, los complementos...pero saber que tienes que seguir andando, durante 16 horas, que cada vez va quedando menos pero que no llegas, que queda muy poco...en fin, supongo que esa es una de las cosas que precisamente nos gustan más de este tipo de rutas, la paciencia, que tenemos bastante y de buena calidad, creo yo.
Lo dicho amigo, quizá en alguna ocasión deberíamos ir pensando en hacer más rutas de este tipo, Paqui, tú, nosotros y si alguien más quiere, pues encantados...es otra manera de estar en contacto con la naturaleza...eso sí, prometo almuerzo, ¡faltaría más! jajajaj
Un abrazo muy fuerte.
Saludos...Edu