Hablar de Vejer de la Frontera, es hablar sin duda alguna, de uno de los pueblos más bellos de España. Pasear por sus calles, visitar sus rincones, disfrutar su privilegiada vista sobre aquellas campos, y como no, degustar su gastronomía son algunas de las cosas que no podemos dejar de hacer si visitamos este pueblo.
Es un pueblo blanco, blanco reluciente por donde vayas, limpio, desordenado en sus calles que de casta le viene si nos fijamos en sus orígenes, y que siempre tiene un hueco para albergar una plaza de España como mandan los cánones; que las murallas rodeen el casco antiguo era de esperar y como no podía ser de otra forma, y siempre hay un rincón lleno de plantas para la devoción del respetable.
Foto de Esther G. |
Contrariamente a lo que podamos pensar no es una zona extremadamente calurosa, y además, posee unos 8 kilómetros de playas donde no hay prácticamente construcción alguna. Trece mil almas que en su mayoría viven del sector agrario y del turismo, pueblan el lugar, aunque en otros tiempos llegó a los casi 19.000, pero eso le ha pasado a casi todos los pueblos de este país.
La cuestión es que el emplazamiento de la población en lo alto del monte siempre le dio un especial carácter de fortaleza defensiva, tanto es así que desde los comienzos del Paleolítico se tiene constancia de diversos asentamientos, e incluso una primera muralla en la Edad del Bronce. Con el tiempo se convirtió en Tarteso y por supuesto, con un poco más de tiempo en Romano, y así hasta el año 711, año en el cual queda bajo la dominación Musulmana.
Bajo este gobierno la población se define por completo en su trazado, murallas y emplazamientos defensivos, basta dar un paseo por sus calles para darnos cuenta de ello, y no es hasta cinco siglos después, en el siglo XIII, cuando cae esta población en manos cristianas.
Siempre hay hechos destacables o muy destacables en la historia local, pero es que la batalla de Trafalgar es uno de los muy destacables en la historia local, nacional, y si me apuran, internacional. Allá en 1805, un 20 de octubre frente a sus costas, cerca de Caños de Meca tuvo lugar la batalla, y seguro que desde el pueblo pude ser observada a simple vista merced al privilegiado emplazamiento.
En fin, que no me enrollo más y paso a contaros como podéis plantear vuestra visita a este lugar. Como todo pueblo en lo alto de un monte, el aparcamiento no es nada sencillo, existen varios parking y lo más fácil es aparcar en el primero que encontremos, las distancias son cortas y la visita requiere que vayamos andando.
La Oficina de turismo tiene un mapa muy esquemático y además te lo explican bastante bien, además hay una visita guiada por si quieres que te cuenten más en profundidad, aunque si eres de los míos, seguro que mientras te estaba contando esto ya has empezado a subir las primeras cuestas hacia la Plazuela.
Puede ser una buena idea el seguir andando por la calle Juan el Bueno que pronto veremos los restos de la muralla encastradas entre casas y más casas blancas, y como no, haremos un alto en La Cobijada para poder contemplar una buena vista panorámica. Sigue por las calles Trafalgar y San Juan, que irás dando la vuelta al casco hasta llegar a la plaza de España en la que a buen seguro, tendrás que parar para contemplar la fuente central del recinto.
Entramos de nuevo al recinto amurallado por la puerta de la Villa y desde allí nos dirigimos hacia la puerta de La Segur, callejeando por sus calles nos encontraremos con la Parroquia del Divino Salvador, y de ahí a la Antigua iglesia convento Nuestra Señora de la Concepción, que alberga en la actualidad un museo. Cogemos la calle lateral con unos impresionantes arcos que nos lleva a la calle Judería, desde allí Mesón de Ánimas y calle Rosario. Si seguimos dando la vuelta llegamos a la calle Castillo, y como no, al castillo de Vejer.
Como seguro que no has tenido bastante, no tienes más que dejarte llevar por la impresionante maraña de callejones que allí tienes y contemplar tantos y tantos rincones que te van a regalar esas calles.
Y ahora viene la segunda parte, la de comer, y es que hay bastante sitios y muchos de ellos recomendables en este pueblo. El corazón se encuentra en la Plaza de España donde puedes encontrar bastante restaurantes; aunque en mi caso no elegí esta plaza, sino la del Capitán Quintanilla (por la calle del Rosario), donde existe una Peña flamenca, Aguilar de Vejer, y cuyo local se trata de una antigua iglesia reformada como restaurante y escenario de cante flamenco. A mí, particularmente me gustó el atún encebollado y la carne al toro…pero es que es soy un hombre fácil en estos temas, no me hagáis mucho caso. Buena relación precio y calidad.
En fin, que os animo a que paséis por allí, que os dejéis llevar por vuestros pies sin rumbo fijo y que no os perdáis las puestas de sol desde este enclave, son espectaculares, os lo aseguro.
Aquí os dejo un enlace a todas las fotos y este otro enlace a un álbum de fotos de una joven promesa de este noble arte de la fotografía, ella se llama Esther y tiene ya ocho años...¡no os digo nada las fotos que nos esperan a partir de ahora!
Y antes de cerrar la crónica, he de deciros que estas visitas pueden hacerse solos o acompañados. En nuestro caso la hicimos acompañados de Carmen y Alonso, y desde luego que mereció la pena el poder pasar y pasear con ellos aquella tarde por las calles de Vejer, así da gusto, es lo que tiene la buena gente como ellos.
Foto de Esther G. |
Foto de Esther G. |
Foto de Esther G. |
Aquí os dejo un enlace a todas las fotos y este otro enlace a un álbum de fotos de una joven promesa de este noble arte de la fotografía, ella se llama Esther y tiene ya ocho años...¡no os digo nada las fotos que nos esperan a partir de ahora!
Foto de Esther G. |
Foto de Esther G. |
Un abrazo…Edu
¡Cacho de crónica! Impresionante la fuente de la plazuela e impresionante la plazuela de día y de noche. Las ranas de la fuente son realmente curiosas por su tamaño..., bastante grandes por cierto.
ResponderEliminarTodas las fotos te dejan buen sabor de boca pero las de esa pequeña, pequeñita fotógrafa, más aún, ja, ja, ja, ja. La primera foto del gato es de 10, muy inocente y muy cuidada.
El pueblo reluciente y blanco como la nieve. No quiero ni pensar la cantidad de kilos y litros de cal que los habitantes de este pueblo se habrán gastado en encalar las fachadas de sus casas.
Otra ruta que, aunque sin bici, la has disfrutado al 100%...., como debe ser ¡coño!
Nos vemos el Miércoles para un almuerzo, ya hablamos mañana que estarás más tranquilo.
Pues eso, que es una plaza de España en condiciones, y además con un ambiente realmente agradable, nada de estridencias, con gente alrededor y con mucho arte.
ResponderEliminarDesde luego, allí gastarán la cal por toneladas, ¡que barbaridad! Pero es que el pueblo entero estaba encalado. La combinación de las rejas, las piedras de algunos templos y el blanco en esas callejuelas es realmente singular; bueno, lo que se ve en las fotos.
En fin, que como dices, otra ruta sin bici ¡pero dándolo todo! ja jaj j aj
Un abrazo y el miércoles nos pegamos un homenaje...Edu