La semana santa puede ser una semana plena de vacaciones, de kilómetros de viajes, de buenas comidas...en fin, una semana de pasiones...pero también se puede convertir en una semana para olvidar, casi sin vacaciones, todo el día entre fogones, tremendos atascos, sin poder salir de una habitación por el aguacero que está cayendo y a buen seguro, con demasiada comida que uno, antes o después, tiene que aligerar: potajes de garbanzos, bacalaos con tomate, atascaburras, torrijas y no sé cuantas comidas más tienen buena parte de culpa.
Así que no hay nada como volver a las buenas costumbres, o sea, no pasarse con la comida, hacer deporte y a ser posible, disfrutar cada uno con su trabajo, que es de lo que se trata.
Inicio de la ruta..agua y barro
Pues con estos mimbres la ruta estaba cantada, Chinchilla sí o sí, cuesta va y cuesta viene con unas cuantas raciones de sendas para hacer "piernas" (ya las tenemos hechas, no crean ustedes). Eso sí, antes nos habíamos prometido circular por las zonas donde el agua caída estos días parece que ha circulado con especial dedicación.
Nos vimos nada menos que Nino, Josete, Pedro Lara R. y éste que suscribe, por supuesto con puntualidad manchega a las cinco en la esquina de El Corte Inglés. Casualmente también nos encontramos con Luis y Alex, con quienes pudimos charlar algunos minutos antes de empezar la ruta.
Los primeros kilómetros fueron un pelín complicados, sobre todo porque tuvimos que sortear unos cuantos charcos con bastante barro. Evidentemente no queríamos rebozarnos tan pronto, así que fuimos sorteando como buenamente pudimos los obstáculos que aparecieron en los primeros kilómetros.
La Cabrera
Poco a poco fuimos ganando altura y con ella, la zona de concentración de agua y barro fue cediendo, así que, bien pronto nos pusimos a subir por la senda de los "escalones", la cual nos llevaría hacia la parte Este de esta sierra. ¿Por qué? La idea era subir hacia Chinchilla para hacer algo por sus cuestas, pero no sin antes pasar por esta zona donde el agua suele concentrarse en bolsas y pequeñas lagunas, creando, si las condiciones lo permiten, algún que otro arroyo temporal.
El arroyo del Paraje "Los Romeros"
Y así fue, por primer vez pudimos encontrar con agua fluyendo (en todos los años que llevamos pasando por esta zona) el arroyo intermitente del paraje de Los Romeros, el cual va a desembocar a la zona de Cansalobos, y gracias al cual, se justificaría completamente la obra romana, sita precisamente en Cansalobos y donde existe una especie de puente/obra de fábrica de tres pasos de agua para salvar, precisamente, este arroyo, el cual probablemente sería un curso permanente de agua.
Hechas las fotos de rigor nos dirigimos hacia el repetidor de Chinchilla, desde el cual nos esperaban unas cuantas sendas, que merced a las últimas lluvias, estaban todas en perfecto estado, compactadas y sin piedras. Así que nos pusimos manos a la obra con las mini zetas, los toboganes, bosquecillo, río seco y la de la cantera, ya de camino hacia Albacete.
Dos percance, dos
Pues sí, a falta de un percance, mejor tener dos. El primero en forma de susto, y es que resulta que algún desaprensivo está modificando el alambrado de una valla de una parcela del polígono Camporroso; en vez de recoger el alambrado antiguo, lo dejó pegando al camino con tan "mala sombra" que un alambre suelto, imposible de ver, estaba metido dentro del trazado a la altura del pedalier. El resultado es que mi culote se desagarró completamente a la altura del tobillo y casi me caigo de la bicicleta. Por suerte, no paso de ahí la cosa. Y claro está, paramos unos instantes para quitar el alambre del camino.
Es una sana costumbre de este grupo la de quitar obstáculos de la vía, siempre que los veamos, claro está, esperemos que cunda el ejemplo.
El segundo percance vino en forma de avería en la roldana de Nino, que se gripó completamente, y tuvimos que emplearnos a fondo en intentar limpiarla en primer lugar, y en golpearla en segundo para intentar que el agarrotamiento que sufría la pieza fuera cediendo.
Pues sí, final feliz en La Estudiantina donde además quedamos con Luis para poder charlar, pues hacía mucho tiempo que no lo hacíamos.
La verdad es que el pasado miércoles mis compañeros tuvieron que esperarme bastante más de lo que suelo hacerlo, pero lo cierto es que después de tantos días en el dique seco, necesitaba algo así, ¡gracias compañeros!
Y como siempre, aquí os dejo la ruta y como no, el enlace a todas las fotos.
Bueno Edu, pues muy buena ruta para ser Miércoles tras Semana Santa, que..., siempre viene uno algo entumecido y con la forma algo vaga para dar pedales.
ResponderEliminarFotos increíbles las que has tomado de zonas en las que antes el agua ni asomaba y, ahora parecen riachuelos.
Lo de las alambradas..., hay que tener cuidado porque a veces ni se ven y mucho menos, cuando vas de charla con los compañeros, que lo más normal es que te despiste un poco. En cuanto a la roldana de Nino, menos mal que se gripo en Chinchilla que más o menos está cerca, no quiero ni pensar si se gripa en Cortes o cualquier otros sitio más lejano en esas rutas mastodónticas que a veces hacemos.
Saludos Edu.
Al final vamos a tener que pensar en llevar algo que pueda sustituir a la roldana en un momento dado. Lo cierto es que uno nunca piensa en eso pueda suceder...pero sí, puede pasar. Lo que sí me adelante a decir es que llevar un alicate (plegable) es todo un acierto.
EliminarLo de la alambrada es, desgraciadamente, algo que suele suceder. Deberían tener más cuidado en que dejas en el paso de un camino, y por otro lado, si alguien lo ve, lo que debe hacer es parar y quitar el obstáculo de en medio, no cuesta nada y algún día podemos ser nosotros mismos las víctimas.
En cuanto a las últimas lluvias caídas he de decir que han sido providenciales, y desde luego, el campo lo ha agradecido y de qué manera.
Bueno, la cuestión es que fue una ruta muy buena, con unas cuantas cuestas y que nos dio un plus para este pasado lunes.
Un abrazo...Edu