Como viene ocurriendo en estos últimos años, siempre hay un momento en Navidad para hacer un pequeño viaje, y este año tocaba Málaga.
Málaga la bella
Esta es Málaga la bella,
paraíso en que nací,
entre sus luces viví
y mi ser formose en ella.
Salvador Rueda - Cantos de la vendimia (1891)
Creo que no hay mejor manera de empezar una crónica con unos versos, valgan pues los de Salvador Rueda sobre su tierra natal, donde ya aparece Málaga como "bella"...¡que realmente lo es!
Y es que, estamos sin duda alguna en una tierra bañada por el sol y por el mediterráneo, marítima donde las haya, serrana por sus montes y donde el cariño, es la enseña de sus gentes. Porque es así, es una tierra donde uno siente el apego de sus gentes, abiertas, cercanas a ti, donde es muy difícil sentirse de fuera.
Y como ya voy peinando canas y he visitado Málaga desde hace mucho años, he de decir que realmente es esta la ocasión que mejor he encontrado la ciudad: avenidas, parques, museos, monumentos, el puerto...remozada y recuperada para el disfrute de sus gentes...y el nuestro.
Malaca
Aquí donde la tenemos, es una de las ciudades más antiguas de Europa, por ella han pasado innumerables pueblos dejando de un modo u otro una huella que aún perdura.
Probablemente sean los Bastetanos los fundadores de la ciudad (IX a.C) en la cual, los fenicios de Tiro (VIII a.C.) fundaron la colonia de Malaka. Después serán los griegos quienes funden Mainake hasta el siglo VI a.C. donde los cartagineses funda su propia colonia. Tras las guerras púnicas, Roma en el 218 a. C. toma la ciudad, Malaca, siendo un punto de una notable importancia merced al desarrollo comercial de la ciudad.
Maqueta del emplazamiento original de Málaga |
Vamos a empezar nuestro paseo dándonos un buen baño de multitudes, nada menos que la calle del Marqués de Larios, una de las arterias principales del casco antiguo, que parte de la Plaza de la Marina-Alameda Central hasta llegar a la Plaza de la Constitución.
A lo largo de ella podemos encontrar un entramado de calles y plazas que se van enlazando unas con otras y en las que podemos perdernos por sus innumerable rincones, eso sí, siempre teniendo en mente que nos queda por visitar los museos de Picasso, el Thyssen, el Pompidu, el de Málaga, el museo ruso, la Alcazaba, el teatro romano, la catedral o el castillo de Gibralfaro.
El número de museos en el centro de Málaga es asombroso, tan sólo os he nombrado aquellos que por su importancia parecen los más visitados, pero podemos encontrar también la Fundación Picasso, el museo del vino, el del vidrio, el Jorge Rando, el de Artes y Costumbres populares, el del patrimonio Municipal...La oferta es tremenda y merece la pena que nos dejemos caer por algunos de ellos, sin duda alguna.
Un apunte, con motivo de la Navidad, en este año 2018 la calle del Marqués de Larios la han engalanado de una manera espectacular, pues han colocado unas luminarias a todo lo largo de la calle que unidas a la música se convierten en un precioso juego de luces y sonidos; por la tarde y a determinadas horas hacen el "pase", no se lo pierdan (para el año que viene, claro está).
Museo Picasso
El 25 de octubre de 1881 nació en Málaga Pablo Picasso, un pintor universal, de una producción tan fantástica que ha sido capaz de tratar todos los estilos, técnicas, materiales y temas que uno pueda imaginar.
Está claro que la ciudad le debía el museo que podemos encontrar en el Palacio de Buenavista, en la calle de San Agustín.
Se trata de una buena colección de obras de este autor, entre las que podemos encontrar un buen surtido que abarcan desde sus primeros años hasta el final de sus días. Sinceramente creo en la exposición existe una gran disparidad, en la que se combinan piezas de un indudable valor con otras que tan sólo son apuntes. En cualquier caso, la visita es obligada sin duda alguna.
Por cierto, en los bajos del edificio podemos encontrar restos del reciento amurallado original de la ciudad, junto con los restos más modernos de vías de acceso del siglo XVI. En ellas podemos ver como la altura actual de la ciudad es de unos 2-3 metros superior a la original.
Por cierto, en los bajos del edificio podemos encontrar restos del reciento amurallado original de la ciudad, junto con los restos más modernos de vías de acceso del siglo XVI. En ellas podemos ver como la altura actual de la ciudad es de unos 2-3 metros superior a la original.
Museo de la Aduana
En la Plaza de la Aduana nos encontramos un soberbio edificio de estilo neoclásico del siglo XVIII, el Palacio de la Aduana donde se encuentran reunidos el museo de Bellas Artes y el Arqueológico Provincial.
Si tengo una debilidad cuando viajo a una ciudad nueva para mí, esa es sin duda la visita al museo arqueológico provincial, y en esta ocasión vuelvo a reafirmarme en que es una de las mejores opciones que se pueden realizar. En este caso, el número de piezas expuestas, la calidad de las mismas, la ordenación del museo, el espacio dedicado y la cantidad de civilizaciones que han dejado su huella en Málaga hacen que la visita sea realmente provechosa.
Creo que las fotos hablan por sí solas, si además añadimos que es un museo gratuito...creo que esta es otra de las visitas obligadas.
Alcazaba
A escasos metros de la Plaza de la Aduana tenemos la Alcazaba, una suerte de castillo-palacio construido por los árabes sobre otro de origen fenico-púnico y que se encuentra junto a las ruinas del teatro romano, por suerte, hoy en día restaurado y con mucho acierto.
La Alcazaba no deja de ser un edificio militar pero que incluía dependencias dedicadas a la vida palaciega con sus correspondientes patios rectangulares, jardines y estanques. Aunque ahora no tiene el tamaño de su correspondiente granadino, aún nos quedan unos 15.000 metros cuadrados visitables.
Para completar la visita no podemos dejar de acceder al castillo de Gibralfaro que está unido a la Alcazaba; las vistas desde la cima del monte son incomparables.
Para completar la visita no podemos dejar de acceder al castillo de Gibralfaro que está unido a la Alcazaba; las vistas desde la cima del monte son incomparables.
Catedral
Esta considerada como una joya renacentista y fue construida sobre la antigua mezquita, en pleno centro de la ciudad, es otra visita que no debemos perdernos.
En este país las catedrales se inician en un siglo bajo un estilo arquitectónico y acaban mucho después bajo otro estilo, y esta catedral no iba a ser menos pues originalmente tiene un trazado gótico, pero son los arquitectos renacentistas Diego de Siloé y Andrés de Vandelvira quienes se encargan de participar en la obra dejando su sello. Pero como la catedral finaliza allá por 1782, pues también incorpora elementos barrocos.
Una curiosidad, esta catedral está inacabada y una de las torres que debían coronar la obra quedó sin su parte final, de ahí le viene el nombre que cariñosamente le dan en Málaga, "la manquita".
Si la vista de la ciudad desde el castillo de Gibralfaro es tremenda, a mi particularmente me ha gustado muchísimo la que hay desde el Parador, muy próximo al castillo pero que da otra perspectiva de la panorámica.
Desde ella podemos ver la plaza de toros de Málaga, la Malagueta, las playas, el puerto, el muelle uno, el centro de la ciudad y la línea de costa de toda la ciudad.
Si tenemos tiempo es una buena idea desplazarnos hasta aquí, disfrutar de las vistas y de paso, tomar algo en la terraza del parador.
Gastronomía
Y si Málaga tiene muchas cosas buenas, una de ellas es la gastronomía...¡lo que he disfrutado estos días! Que bien saben tratar el pescado y que manera tan buena de sacar partido de los productos de la tierra.
Debemos tener claro que existe una enorme oferta de locales donde podemos comer, bien sea en el centro, en los paseos marítimos o en cualquier barrio. En mi caso puedo hablaros de El Pimpi, un local en pleno centro y con mucha solera donde podemos comer bastante bien, de la Casa de Guardia donde tomar un vino dulce es obligado, de los restaurantes de Pedregalejo cuyas terrazas dan directamente a la playa, como el restaurante El Rompeolas, y para terminar, de algún que otro local de barrio, como el restaurante Los Gálvez, donde he de advertiros que pude dar cuenta de unos cayos con garbanzos ¡espectaculares!
Supongo que todo el mundo tendrá sus preferencias culinarias, vayan aquí las mías por si les pueden servir de algo:
Y para despedirme en esta ocasión, además de mandar un abrazo muy fuerte para los malagueños, gente abierta y cariñosa donde las haya, tengo que mandar otro abrazo más grande todavía para la familia que allí tengo, un auténtico tesoro.
Un saludo...Edu
Bueno, ya veo que tus vacaciones en Málaga han sido algo más que provechosas. Sabido es que tus vacaciones, no sólo son del tipo lúdico, sino culturales y ¿cómo no?....., gastronómicas, a la vista de esos espetos estupendos.
ResponderEliminarLas fotografías, como siempre, son un acicate importantísimo para describir aquéllo que no tiene palabras para ser descrito y en este aspecto, en el gráfico y fotográfico, te has lucido a base de bien.... ¡qué barbaridad, que porrá de fotos y, todas ellas buenas y muy esclarecedoras de las maravillas de Málaga.
No sabía que tuviese tal cantidad de museos y de tal importancia, pero ya ves...., los tiene....
Algún día, espero que no muy lejano, empezará a disfrutar de la parte de España que está por debajo de Madrid, espero que sin los prejuicios que tengo ahora, basados como ya te he explicado en ocasiones por las malas experiencias que en las 6 o 7 veces que he visitado Andalucía, he sufrido, sin embargo como parte de España que es y por la parte que me toca de español, no dudes y no dudo que la visitaré.
Muy buena crónica Edu y tremendamente educativa, como no podía ser de otra manera.
Saludos amigo.
La verdad es que la crónica podía tener varias páginas, varios tomos diría yo...y es que se han empeñado en hacer de Málaga un sitio especial y lo están consiguiendo.
EliminarEn cuanto a las fotos, es el mejor testigo de lo que cuento y claro está, ayudan pero que muy mucho a comprender lo que allí hay.
Está claro que las experiencias que uno tiene cuando visita algún lugar marcan la manera de ver las cosas; supongo que como bien dices alguna vez repetirás, no sé si será la buena, pero como bien sabes, antes o después tendrás que tener una buena...jajajaj. Yo haría lo mismo, bien seguro que sí. Pero por el momento siempre he tenido muy buenas sensaciones, y mira que he viajado veces a Andalucía, aunque para ser honestos, es que casi nunca he tenido una mala experiencia allá donde he ido en este país.
Supongo que ahora que la gente se está empezando a rasgar las vestiduras por los colores de las bandera, es el momento (como bien apuntas) de que la gente se apunte más bien a conocer su país, sus gentes, sus costumbres, su cultura y claro está, su gastronomía. Hay quien mide (con todo el derecho del mundo) el ser de algún sitio por el tamaño de la bandera que enarbola, yo soy más de conocer primero el lugar...y luego ver como se come...que gente buena y muy buena, hay en todos los sitios, y si no, que se fijen en nosotros...ja ja ja
UN abrazo...Edu