El viento
El viento es aire en movimiento, y empiezo por aquí por si alguien a estas alturas de la película no le quedaba claro...porque parece ser que a nosotros este fin de semana sí que se nos olvidó. Y mira que el bueno de Paco Lara nos lo avisó antes de salir, "menuda paliza nos va a dar a la vuelta", pero claro, es lo que tiene el pensar que al final va a cambiar el sentido (o eso ponía en alguna web), Eolo todavía se tiene que estar tronchando de risa.
Antes de seguir con la fusta, no estaría de más que recordáramos que el viento se produce por las diferencias de presión en la atmósfera, de modo que el cambio de temperatura es siempre uno de los factores que produce ese movimiento del aire. Además, y esta segura que la sabéis, el aire caliente asciende y el aire frío ocupa su lugar, ¡será por esto el frío que pasamos ayer a la vuelta!
En fin, que en una ruta en la que nos las prometíamos muy felices, pues teníamos un trazado nuevo para completarla, el resultado final fue una especie de obra cómica en la que Eolo se lo pasó estupendamente, y en la que a nosotros nos sobraron 40 kilómetros de viento en la cara.
Saliendo de Albacete
La verdad es que esta ruta nos encanta pues abre nuevos pasos hacia el oeste de la provincia, y de este modo oportunidades para hacer caminos nuevos, y con ese espíritu nos vimos Nino, Pedro Lara R., Paco Lara, Coronado y éste que suscribe a eso de las 8:15 en el Puente de Madera.
Fue aquí donde teníamos que haberle hecho caso a Paco y haber cambiado la ruta, pero no, ¡no lo hicimos! Y así nos pasó, auténticos pardillos...mira que lo avisó...
En fin, que nos pusimos en marcha camino de La Felipa por el carril bici a buen ritmo, pues en esos kilómetros llevábamos algo de viento en la espalda, aunque ni por asomo lo que nos esperaba a la vuelta...¡así es el bueno de Eolo!
Como es usual en mí, perdí una de las partes de mi velocímetro y me quede en el kilómetro 13,78 durante toda la ruta (no sé de que me quejo, si yo sólo hice 13 km según mi ciclocomputador)...por cierto, ya he perdido la cuenta de los velocímetros que me he tenido que comprar.
Aunque eso no fue nada comparado con el pobre zorro que nos encontramos en el camino, seguramente muerto por atropello, y que yacía allí tendido en medio del camino...una pena, un animal tan hermoso y muerto por nada.
Encinas camino de La Felipa
Antes de alcanzar La Felipa nos gusta tomar un camino que pasa por una pequeño encinar próximo al municipio, y es que ciertamente hay algunos ejemplares preciosos, de los que merece la pena parar por unos instantes debajo de sus ramas.
Por cierto, también pudimos ver y oír a un grupo de mastines y otros canes...¡eso sí, dentro de la valla de una parcela! La verdad es que se les veía muy interesados en que nos acercáramos a tenor de como nos enseñaban los dientes; animalicos, estarían pensando en el desayuno. Pero siendo algo descorteses por nuestra parte, decidimos que lo mejor era continuar y a ser posible con buen ritmo para desaparecer lo más rápido posible de aquel lugar.
El cuco de la tapia
Pasamos por La Felipa y haciendo algo de memoria, más de uno (y de dos) nos acordamos de nuestra comuniones celebradas hace algo así como 40 años en este pueblo, e incluso, del color los azulejos que según me aseguran, parece que siguen en su sitio. Tanta memoria hicimos que hasta nos acordamos del menú, a saber: ensaladas, patatas fritas al montón con huevos fritos, chuletas de cordero manchego, chorizo, morcilla...y de postre un Apolo...¡sí, todavía me acuerdo de que me tomé un Apolo!
Y claro está, como uno con esas cosas empieza a salibar y no se entera de los kilómetros, llegamos en un pis pas al cuco de la tapia, recientemente bautizado así por nosotros en un ejercicio de reflexión muy profundo...vimos un cuco, vimos una tapia, ergo estoy en el cuco de la tapia...¡cuando quieras, vuelves!
Hechas las aclaraciones y terminada la visita al cuco pusimos rumbo al camino que va bordeando el campo de maniobras, una suerte de camino muy acorde para el deporte de la BTT, con continuas subidas, bajadas y terrenos algo rotos pero siempre muy divertidos.
Los Garijos es una aldea abandonada que queda dentro del campo de maniobras; suponemos que su momento tuvo que ser importante a tenor de la cantidad de edificaciones que quedan todavía en pie. Aquí los montes comienzan a teñirse de verde pues empiezan a aparecer las primeras pinadas, siempre dentro del campo de maniobras pero que hacen que el camino sea más entretenido.
Nuevos pasos
Al cabo de unos kilómetros existen una maraña de caminos en los que no existe valla alguna y en los que hicimos una incursión para variar algo nuestra ruta, pero lo cierto es que no queda claro si estás dentro o fuera del campo de maniobras, con lo cual y sabiendo que somos muy amigos de lo cabal, nos dimos media vuelta por donde habíamos venido para evitar cualquier situación desagradable.
En esto de la sensatez creo que hay una frase de un compañero que lo resume bastante bien, "a mis años ya no quiero que me llamen la atención", así que dicho lo dicho y visto lo visto, tomamos de nuevo el camino hacia Casas de Juan Núñez, no sin antes parar en el cuco de la Quesería, una obra importante pues posee dos plantas y en la que merece la pena parar unos instantes.
Casas de Juan Núñez
Al llegar a Casas de Juan Núñez, las bicicletas, incomprensiblemente, tomaron ellas solitas el control de la marcha y nos llevaron derechos al restaurante Los Martos. Claro está, ya no podíamos hacer "el feo", con lo cual no tuvimos más remedio que almorzar algo.
Aquí nos despedimos de Nino y Pedro Lara R. pues tenían que volver para Albacete, no sin antes tomar al menos un café con nosotros. Falta les hacía con lo que se nos avecinaba, se lo aseguro, querido lector.
Las casas cueva
Terminado el almuerzo nos pusimos en marcha hacia Albacete pero pasando por una de las calles del pueblo donde aún quedan casas cueva. Creo que el vídeo os las muestra mejor de lo que yo me puedo expresar; fijaros como muchas de ellas están completamente arregladas y claro está, habitadas.
Pasamos por el centro del pueblo para visitar (por fuera) la iglesia, un templo del siglo XVIII bajo la advocación de San Pedro Apostol y que está, como suele pasar en estos sitios, en la plaza central del pueblo: ayuntamiento, banco y bar.
El viento en la cara
Y eso que todavía estábamos en el pueblo, pero no podíamos pasar de 13-14 km/h pues las rachas de viento eran superiores a los 50 km/h...¡zas, en toda la cara!
Además, por si la cosa no era suficientemente graciosa, algunos señores se empeñaron en ponerlo un poquito más hilarante y con los pivots abiertos para el riego, regaron el camino, nos regaron a nosotros, los árboles del monte de al lado y todo bicho que por allí se arrimara...y por supuesto, sus campos estaban secos...no soy exagerado, ¡vean el vídeo!
Tinajeros
A estas alturas ya nos dolían las manos de sujetar el manillar, las piernas de empujar, la cabeza del ruido del viento y lo único que queríamos era tener un ratito de paz y sosiego. Así que al llegar a Tinajeros pensamos que lo mejor era marchar por el Canal de Mª Cristina, pues presenta unas pequeñas laderas y algo de vegetación en sus márgenes que nos podrían proteger algo.
La verdad es que durante unos cuantos kilómetros la cosa no fue demasiado mal, y para que os hagáis una idea, ahí os va el vídeo de Coronado en esos momentos...no os cuento cuando el viento apretaba con más fuerza tan sólo unos kilómetros antes.
¡Por fin en casa!
Cerca de las tres de la tarde llegamos a Albacete, con el rabo entre las piernas y con ganas de llegar a casas, ¡con muchas ganas diría yo!
Así pues, no hubo tiempo más que para despedirnos y pensar que para la próxima, ¡le haremos caso a Paco! ...jajajaja
Os dejo aquí el enlace a todas las fotos y como no, la ruta, que dicho sea de paso nos gustó bastante, y que de no ser por el amigo Eolo, hubiera sido una gran ruta sin duda alguna.
Dado que mi velocímetro dijo adiós, os pongo los datos "prestados" por Coro.
Distancia recorrida, 82'980 kms
Tiempo efectivo de pedaleo, 05h.11'00"
Velocidad media, 15'7 kms/hora
Velocidad máxima alcanzada, 36'7 kms/hora
Altitud, 681 metros
Altitud mínima, 639 metros
Altitud máxima, 858 metros
Ascenso total, 394 metros
Descenso total, 398 metros
Pues..., te digo lo que ya te comenté en la ruta. La ruta me gustó mucho, tanto por la tirada larga de los kilómetros como por el trazado, pero vayamos por "partes, que se nos acumulan los organos" que diría el famoso destripador de Londres.
ResponderEliminarEs cierto que a veces, prima más las ganas de hacer las rutas que se nos presentan como "rutones" que la sensatez de posponerlas por motivos climatológicos o de otra índole y, es cierto también que en las próximas ocasiones hay que estar más a lo que digan las páginas del tiempo como en la ruta de Pozuelo..., pero..., lo cierto es que esta ruta, con viento o sin él, ya está hecha y bien hecha por cierto.
La ruta ya la habíamos hecho en Noviembre del 2018, y en su día ya me pareció un rutón que, bajo mi punto de vista, se ha mejorado con creces, con la inclusión de la vaguada de la zona militar y la vuelta por los caminos compartido de la Ruta del Cojonazos...., insisto, el trazado es de 10.
Pero a pesar de haber terminado la ruta, lo cierto y es honesto decirlo, terminé con dolor de cabeza por el continuo Hulular del viento, dolor en las múñecas por la fuerza que hicimos sobre el manillar para no perder la verticalidad, dolor en el culo (mucho más que el día de Pozuelo)..., y en definitiva, me pasé toda la tarde tirado en el sofá cual fardo abandonado, sin ganas de hacer nada y, todo, gracias a nuestro querido Eolo.
Insisto y que quede claro, la ruta y el trazado me parecieron geniales, muy bien dijujados los caminos sobre el terreno y sin perdida alguna, aunque a veces era complicado seguir el GPS, pero ya os digo que el que no ha hecho nunca una ruta con GPS, no sabe los problemillas que da el trazado, y na no digo, ver la pantalla cuando el sol incide dierectamente sobre la misma.
Yo aún me estoy recuperando de la paliza y dado que la bici la tengo en el taller para cambiarle la cadena y alguna cosilla más que revisar, no tengo claro si saldré mañana Miércoles. En cuanto al fin de semana, si me gustaría hacer algo no tan largo y sobre todo...., jajajajajajajajajajajaja, salir en función del viento y su fuerza.
Saludos Edu, que aunque no he hecho muchos comentarios sobre las fotos, los videos y la cronología de lo comentado, bien sabes que siempre está a la latura de los grandes cronistas de este blog y mira que somos cronistas, jajajajaja.
Saludos.
Pues ya ves, que menuda paliza nos dio el amigo Eolo. Bueno, sabes que para la próxima tendremos más cuidado, aunque bien es cierto, y en eso todos lo pudimos comprobar, que fallaron incluso las páginas de la previsión meteorológica...¡siempre tiene que haber un día de estos! ajajajajajaj
EliminarPor cierto, que siempre hemos pasado los peores días de viento en esta ruta, ¡hay que jod.rse!
La ruta, de todos modos, ya la tenemos hecha y me parece que ahora podrán pasar algunos meses hasta que nos volvamos a poner en ruta para allá. Aunque, no descarto que cuando acabe la temporada de caza hagamos alguna incursión hasta allá, pero eso sí, con el coche hasta Casas de Juan Nuñez y de ese modo poder hacer alguna ruta más jugosa todavía...todo se andará.
En fin, que visto lo visto, habrá que andarse con pies de plomo con la ciclogénesis explosiva que se nos avecina, no vaya a ser que nos pille otra vez...jajajajaja
un abrazo...edu