Buenos días.
Pozo Cañada es un pueblo que guarda muchas sorpresas: al norte el cerro de San Vicente, vías romanas, yacimientos íberos y entre sus tesoros, se encuentran los restos de una cementera abandonada de la que ya os hemos hablado en otras ocasiones...pero es que merece la pena repetir la ruta hasta allí para ver las ruinas de lo que en su día fue una gran instalación. La arquitectura industrial puede ser muy espectacular, y en esta ocasión, lo es, pues la cantidad de edificios, silos, naves y recovecos que allí se concentran nos hablan de la magnitud de aquellas instalaciones.
Y si la visita la hacemos con los hermanos Lara, pues miel sobre hojuelas (como decimos por aquí). Nada menos que con Pedro Lara y Juan Carlos Lara pude compartir la ruta, que si en principio era sencilla, pues tan sólo teníamos que tomar la vía de servicio de la autovía a Murcia, no por ello dejaba de ser espectacular cuando se hace la visita a la cementera que antes os he citado. Además, he de deciros que Juan Carlos es amigo de la infancia y "me llenó de orgullo y satisfacción" el poder compartir la ruta con él.
La salida planteada por Pedro pretendía por un lado el dar kilómetros a mis piernas parea irme preparando para la ruta de Albacete a Nerpio que voy a realizar esta semana, y por otro, ir metiendo cada día más a Juan Carlos en este noble arte del pedaleo, ¡y vaya que si lo consiguió! El paso fue tranquilo pero sin dejar de rodar a una velocidad constante, si a eso le unes la buena conversación los kilómetros van transcurriendo uno tras otro, casi sin darte cuenta.
Durante el camino nos encontramos con dos compañeros de BTT, ambos eran personas de más edad, pero tampoco pensamos que una barbaridad...hasta que nos confesaron sus 78 años...no podíamos dar crédito a lo bien que iban y lo claro que tenían como funciona esto del ciclismo. Estuvimos rodando juntos por unos kilómetros hasta que alcanzadas las canteras de la Sierra de la Cabrera, decidieron dar media vuelta; pero no a sus casas, sino que a almorzar, y para más inri en la mochila llevaban su bota de vino, su buen bocadillo y hasta un asiento portátil, ahí es nada. Buen almuerzo, amigos.
Pozo Cañada quedaba cerca pero ya sabéis que en este grupo siempre se realiza al menos una parada para hacer alguna que otra foto, y que dicho sea de paso, siempre te deja el tiempo necesario para estirar piernas, aliviar vejiga y recuperar algo el resuello, que además el viento iba apareciendo y nada menos que de cara. Eso sí, con una temperatura más que agradable para la práctica del ciclismo.
En fin, que cuando nos quisimos dar cuenta nos plantamos en la cementera de Pozo Cañada, de la cual podéis encontrar localización en el enlace que aquí os pongo. En primer lugar, es un sitio peligroso, lleno de pozos, agujeros, hierros retorcidos y no sé cuantos peligros más...pero es una gozada visitarla. No me enrollo más y os dejo que veáis el vídeo y las fotos que os acompaño.
El almuerzo, como no podía ser de otro modo en Pozo Cañada, lo hicimos en los Cañetes. Rápidos, cantidad más que suficiente y buen precio, no se puede pedir más. Terminado el almuerzo con todos sus parabienes nos pusimos otra vez en marcha hacia Albacete, sólo que esta vez contamos con Eolo como buen aliado, y nos fue empujando a base de bien hasta llegar a Albacete.
Aquí, Juan Carlos siguió portándose fenomenalmente bien, y mantuvo una velocidad media más que respetable, lo cual me hace sospechar que los hermanos Lara parece que han nacido para este deporte. Poco más os puedo contar de la vuelta, pues fue rápida y tranquila, con lo cual sólo nos quedaba llegar a Albacete para lavar las bicicletas y como no, tomar una buena cerveza en el Pequeño Careta II, bien fresca y bien merecida, que a esas horas ya hacía calor y el tema de la hidratación lo llevamos a rajatabla en este grupo.
En fin, sólo espero poder ver más veces a Juan Carlos entre nosotros, pues además de ser un buen amigo, fue capaz de hacerse 63 kilómetros a una media de 17,5 km/h...y sólo lleva tres salidas. Por supuesto, como siempre muy buena mano de Pedro Lara, que cada día nos sorprende con sus "cosicas" y hace que las rutas sean mucho más divertidas.
Como siempre, os dejo con un enlace a todas las fotos.
Un abrazo...Edu
Muy buena ruta la de Pozocañada y la visita a la Cementera. Una pena que unas instalaciones que costaron un dineral en su momento, estén abandonadas y sin uso.
ResponderEliminarAunque hayáis ido con trote cochinero, a nada que le des a la bici, los 55 kms. ya los tienes asegurados, por eso pienso que Juan Carlos se portó como los hombres, amén del viento, que supongo que os daría a la ida.
Saludos Edu.
Juan Carlos se portó muy muy bien, ahora sólo falta que se venga unas rutas más...tendremos que cambiar el nombre por los Amigos de Los Lara...ja ja ja
EliminarBueno, esta semana y la que viene estaremos otra vez en marcha pero en varios sitios; a mi me toca Nerpio...je je je
No sé si has llegado a ver el video de la cementera, pero ha quedado genial, se ve perfectamente las instalaciones.
Pues nada, me tomaré una a tú salud, ya sabes.
Un abrazo...Edu
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ResponderEliminarMuy buena ruta, Edu. Con las veces que he estado en Pozo Cañada y no se nos había ocurrido acercarnos a la cementera. Me gusta mucho vuestro trabajo, rutas muy amenas y entretenidas mezcladas con pinceladas de cultura
ResponderEliminarAmigo JuanMi, pues si tienes ocasión, debes acercarte por allá, porque es un sitio muy especial.
EliminarSale una buena ruta de kilómetros, o sea, que lo tiene todo.
Gracias por seguimos y un abrazo...Edu