Buenos días.
Por fin el pasado miércoles, 18 de octubre, pudimos ver las primeras lluvias en Albacete del otoño, que desde el día 10 de septiembre no había caído una sola gota de agua desde el cielo. Y tampoco es que tuviéramos que salir nadando, pero bueno, menos da una piedra.
Así que con ese espíritu, nos dijimos durante la mañana del miércoles que a no ser que lloviera mucho, ¡esta tarde, salimos! Y si bien Pedro Sotos no lo tenía claro, no hay nada como tener a Coronado cerca de ti para que acabes convencido de que lo mejor es salir, eso sí, con la apuesta clara de Pedro Sotos de que si llovía corría la integridad física de Coronado, en forma de collejas o similares, y a lo cual, evidentemente, no pudimos sustraernos el resto de los convocados.
Hizo además que lejos de amilanarnos las cuatro gotas que cayeran, estuviéramos deseando de que lloviera a base de bien en la ruta. Incluso el propio Coronado se presentó diciendo que "Es que no quiero perderme lo de las collejas"... ja ja ja. Tanto es así que Josete y yo le preguntamos a Pedro que si le echábamos agua con los botes también valía, por si acaso.
Bueno, que con ese espíritu tan "compañeril" nos pusimos en marcha justo en dirección a la tormenta, ¡mira que había sitios donde ir! Pues no, derechos que nos fuimos el amigo Teo, Josete, Nino, Pedro Sotos, Coronado y éste que suscribe. La hora a la que iniciamos la marcha, las cinco, como siempre, que con puntualidad manchega nos vimos las caras e iniciamos la pedalada, ¡cualquiera se perdía la ruta!
Tomamos camino de Aguas Nuevas que era lo más negro de todo el horizonte...y pedaleamos con ahínco y con la esperanza de que nos cayera una buena manta de agua...¡y cayó! Vaya que si cayó, y a lo bestia durante unos cuantos minutos, tanto es así que tuvimos que parar en el túnel que atraviesa la carretera de Jaén en dirección a Aguas Nuevas pues no se podía continuar en esa situación.
Y hete aquí que esperando el desenlace prometido por Pedro Sotos, resulta que tuvimos que ponernos los chubasqueros de la cantidad de agua que caía, ¡y como son unas envidiosas! el foco se centró en mi magnífico chubasquero comprado hace tiempo en un todo a cien, ¡aaayyyy, si la envidia fuera tiña! (eso sí, lamento deciros que no tengo ni una foto del chubasquero de marras ;-)
En fin, lo que pasa es que no saben que la elegancia no está reñida con el deporte, y si bien es cierto que cabían debajo del chubasquero-capa varias personas, tampoco es que estuviera tan mal.
A resultas de aquello, seguimos hacia Aguas Nuevas pues en esa dirección seguía lloviendo (con esperanzas de ver colleja) pero el ruido de la capa que llevaba yo puesta hizo que nos quedáramos prácticamente sordos a los pocos kilómetros. Visto lo visto (que no oído merced al ruido que yo llevaba) dimos media vuelta pero a los pocos kilómetros, claro estaba que tenía que pasar, pinchazo al canto rememorando viejos laureles nuestro querido Josete. Tuvo que ser cosa del "karma" pues minutos antes se había escondido debajo de mi capa...ja ja ja. Eso sí los geles de las ruedas son de calidad y tras dar aire a la rueda trasera continuamos la ruta casi sin problemas.
Ese "casi" del párrafo anterior sólo puede traducirse en otro pinchazo, y es que transcurridos unos pocos minutos le dio envidia a Teo. Parada comunal, aire para la rueda de Teo, aire para la rueda de Josete, todos que nos quitamos los chubasqueros y micción comunal, eso sí, cada uno la suya, que tanta agua cayendo del cielo hace efecto.
Con el nuevo rumbo tomado hacia la finca del Acequión, en la cabeza del grupo se juntaron nada menos que "ansia viva de correr" con "ganas de ir rápido", o sea, que nos llevaron a "pijo sacado" hasta la finca de los coj..nes, a 26-27 km/h y con un viento de cara de tres pares de narices.
Aquí ya apareció el típico paisaje manchego: ni un árbol, mucho viento y el sol que se pone en el horizonte y no ves nada de nada; momento en el que aprovechamos para hacer un pequeño descanso y seguir riendo, para poner a continuación de nuevo rumbo hacia Albacete.
«dar el dedo medio», «hacer la señal de pito», «enseñar el dedo vulgar», «hacer la peseta», «hacer la peineta» o «hacer pistola» |
De nuevo en cabeza se puso "ansias viva de correr" y "ganas de ir rápido" pero por suerte con el viento de espaldas, con lo cual el esfuerzo no fue tan fuerte como en la ida; llegamos a Albacete sobre las 19:45 así que nos dijimos que la ruta acabaría en La Oficina y en forma de jarra de cerveza, que era la mejor de las ideas que seguramente tuvimos en toda la tarde.
En fin, que al final hicimos una ruta de casi 50 kilómetros a una media de 20 km/h, cosa que no está nada mal teniendo los elementos en contra de ayer.
Un saludo...Edu
Pd. Rutas así, que me las den todas...ja ja ja
Ja, ja, ja, ja. Vaya ruta y es que somos así, no lo podemos remediar y eso..., que dije el año pasado que en cuanto me cayese una gota de agua..., media vuelta y a merendar, pues nada, que no hay forma ni manera...., a mojarse tocan. Menos mal que llevábamos chubasquero, que si no....
ResponderEliminarBueno bromas a parte, la ruta tiene que destacarse por tres cosas a saber, la primera el asunto de los pinchazos de Josete y Teo, la segunda, por supuesto la lluvia y la tercera y última y tremendamente importante, fue tú chubasquero. He de decir que al principio no tenía claro si era una bolsa de basura extra grande, si era una mini carpa de circo o una lona para la recogida de la aceituna...., en cualquier cosa hay reconocer que suscitó comentarios y envidias y es que la elegancia chubasqueril no está reñida con el precio del objeto ni el arte y el saber estar de quién lo lleva, ahora eso sí, juego dió mucho juego durante la ruta.
Por lo demás, la crónica ha estado genialmente comentada y documentada gráficamente. OLÉ.
Porque no lo ha visto Agatha Ruiz, que si no me saca em su próximo desfile...ja ja ja
EliminarLo pasamos muy bien, que es de lo que se trata unos cuantos kilómetros y dosis de humor, en un alto grado de empatía y tienes la tarde resuelta.
Esa es la esencia de los miércoles, asi da gusto.
Además los paisajes, fuera de broma, eran espectaculares pues hacía mucho tiempo que no veíamos un atardecer lluvioso. Sólo espero que tengamos unos cuantos más.
La semana que viene tengo una agenda repleta, luego hablamos.
Un abrazo...Edu