Sin duda alguna, Nerpio es una caja de sorpresas, y es necesario que le prestemos toda nuestra atención si lo que queremos es llevarnos todo un coctel de sensaciones. A una naturaleza espectacular hay que unir toda una serie de lugares inéditos, fuera del tiempo, donde darnos una cita con la historia de nuestros ancestros es materia obligada.
En la excursión de esta crónica no sólo imaginaremos como vivieron nuestros antepasados, es que vamos a vivir algunas de las imágenes que pudieron tener hace ya unos cuantos miles de años, cada vez que tenían que ascender hasta la cima del monte Macalón, lugar donde se encuentra el poblado íbero que visitaremos en esta ocasión.
Una vez que alcanzamos la cima entendemos el por que del emplazamiento, un lugar inexpugnable gracias a los acantilados que rodean su cima y donde la ascensión se convierte en una pequeña escalada en algunos momentos, y que desde luego no resulta nada fácil.
Antes de seguir, he de decir que para hacer esta ruta me volví a reunir con el mejor equipo que uno pueda contar, a saber, mi mujer y mis dos hijas, las auténticas campeonas del día, pues como ya os digo, la subida no es nada sencilla pues no existe camino alguno, ni senda, ni nada que se le parezca. Abstenerse personas con no muy buena forma.
En primer lugar situaremos el monte Macalón en el mapa, pues está a unos 2 kilómetros al norte de Nerpio siendo una especie de isla de piedra rodeada de profundas depresiones; por una de ellas tenemos (como siempre) el río Taibilla, presente en todas y cada una de las excursiones que hemos realizado. No es un monte especialmente alto si lo comparamos con las enormes moles pétreas que lo rodean, pero aún así alcanza los 1246 msnm, y dado que en su parte alta el monte se transforma en una planicie, hicieron que fuera dedicado durante mucho tiempo a la siembra de cereales, con lo cual aparecerán una serie de bancales distribuidos por toda su cima. Esto ha dado lugar a que el poblado haya sido modificado en parte, pero de todos modos seguimos asistiendo a un emplazamiento único.
Así mismo, es muy importante resaltar que no es el único yacimiento conocido en la zona, sino que tendríamos que relacionarlo con otros asentamientos ubicados en sierras próximas como el Poyo del Centinela, Peñón de los Zurridores o Peña Jarota, así como el oppidum de Peñarrubia en Elche de la Sierra, o los más recientes descubrimientos de El Cerro de Jutia y su necrópolis, lindando ya con tierras de Jaén. Y tampoco sin olvidar los yacimientos también muy próximos de Granada y de Murcia, que en aquella época no había provincias y todos eran de la misma familia...como ya dijimos, Nerpio, remoto y eterno.
Todas estas estaciones arqueológicas, por lo tanto, nos hablan a simple vista de un poblamiento estable en todo el corredor del sureste desde la prehistoria, dedicados a explotar los recursos primarios en pro de la subsistencia de la comunidad, siendo la conexión de todas estas tierras (y de gran parte de la provincia de Albacete) mucho más levantina y andaluza, que manchega.
Los primeros trabajos de campo en este yacimiento son del siglo XX, trabajos dispersos en el tiempo entre los años 40 y 70, siendo D. Emeterio Cuadrado quien la inicia y quien nos habla del urbanismo del poblado, de una muralla en la parte noroeste y de muros diseminados por toda la planicie. Es además quien nos descubre una pareja de esculturas zoomorfas, las "leonas".
Los orígenes del poblado quedan dentro del marco Preiberico, pudiendo encontrar restos desde la mitad del siglo VII a.C, mientras que su abandono debe corresponder a algún momento a partir de la mitad del siglo V a.C, un abandono rápido y que podía estar relacionado con la ocupación del oppidum (recinto elevado y amurallado) de Peñarrubia, en Elche de la Sierra.
En cuanto a los restos que podemos ver fácilmente, sin duda la muralla llama la atención por la longitud así como la sencillez en su construcción, piedras apiladas, casi sin trabajar, pero que dada la inclinación del monte servían para protegerse de las amenazas externas. Es evidente que lo lados de la muralla están colmatados de sedimentos pero en su momento podría superar fácilmente los dos metros.
También podemos encontrar fácilmente un aljibe muy próximo a la muralla, tiene una pequeña vaya rodeando la oquedad, pues es bastante profundo y no lleva a verse en ningún momento el fondo.
Finalmente, en la zona central más elevada del cerro podremos encontrar varios lienzos de los muros que conformaban las casas, tan sólo una parte del poblado, pero que muestra bien a las claras que tipo de viviendas se daban allí arriba.
Bueno, no quiero contaros mucho más de lo que allí podéis encontrar, pero las vistas, ¡ayy, las vistas! Espectaculares...como el viento que allí bate, no me extraña que se fueran tan pronto de aquel sitio...ja ja ja
Si queréis indagar algo más sobre el poblado os recomiendo la lectura de estos dos artículos:
Por supuesto, aquí tenéis un enlace a todas las fotos que espero os gusten, y como siempre, el plano de situación.
Saludos...Edu
Otra más de Nerpio y ya van unas cuantas. Al final vamos a saber más de Nerpio que los propios habitantes de allí, que dudo mucho que sepan, no todos pero si la gran mayoría que, pueblos íberos anduvieron, lucharon, comieron y vivieron en su pueblo, dejando caminos por el Monte Macalón y enterrando a sus muertos en sus necrópolis, pero eso ya es otro cantar.
ResponderEliminarVeo que la subida no es moco de pavo y que una vez arriba, como suele suceder, y miras hacia abajo, no te das cuenta la jartá de metros que has subido y la jartá de desnivel que has tenido que superar para llegar a tener las vistas que vemos a través de las fotos que has hecho.
Buena crónica Edu. Saludos.
Pues así es, la subida no es nada fácil, pero bueno, merece la pena el esfuerzo y sobre todo si vas en compañía de la familia. La visita es muy bonita pues el paisaje que te rodea es muy especial, y no te digo nada las vistas desde allá arriba.
EliminarAdemás, poder encontrar los basamentos de las casas, el orden que allí había; en fin, que uno acaba pensando que la vida allí tenía que se muy dura, pero muy bonita.
Con esta crónica termino de hablar de Nerpio, que mira que he aprovechado el tiempo que por allí estuve. Y lo mejor de todo, es que tengo muchas cosas más para ver por allí, no sólo de la historia de la zona, sino que también un par de excursiones a la Sierra de Las Cabras, casi 2100 msnm que me están esperando...ja jaj
Bueno, voy a ver tus crónicas y nos vemos el miércoles.
Un abrazo...Edu