Buenos días.
En el refranero castellano "darse un tute" viene a significar "esforzarse o aplicarse mucho a una tarea o actividad", y eso es exactamente lo que hice el pasado viernes 28 de agosto, pues tenía en mente una ruta muy especial para ese día: nada menos que partir desde Río Madera, avanzar hacia el Batán del Puerto, Riópar, Lugar Nuevo, Cañada del Provencio, Vegallera y acabar, como no, donde dejé el coche, en Río Madera.
En total la ruta consta de cuatro puertos en unos 52 kilómetros...¡vamos, que te pegas todo el día subiendo y bajando! Y con un acumulado de 2300 metros...lo dicho, me di un tute de los buenos.
Pero es que la zona merece que planteemos este tipo de rutas pues son trazados realmente vistosos, con buenas pendientes si lo que quieres es hacer deporte, y con unas panorámicas impresionantes para adornar todo el camino si lo que quieres es disfrutar del camino.
La ruta
Río Madera es un punto muy bueno para plantear rutas por la zona, pues en esta pequeña aldea tenemos un buen restaurante con hotel que en rutas así viene de perlas, y es que además, permite el tomar varias opciones a la hora de plantear nuestra ruta.
En mi caso, decidí que lo mejor era salir en dirección al Batán del Puerto, por el cañón del río Madera, que da nombre a la aldea, claro está. Una vez allí tomé la carretera AB-415 (la que va de Paterna del Madera a Riópar), la cual, siguiendo el cañón del río Endrinales te lleva hasta el puerto de Crucetillas. Es esta carretera, sin duda alguna, uno de los puntos fuertes de todo el camino pues aquí los paisajes son especialmente bellos.
Llama la atención la cantidad de fuentes y arroyos que todavía llevan agua, y es que este año, la primavera ha sido especialmente lluviosa, y eso el campo lo sabe agradecer.
La ruta utiliza muchos kilómetros de carreteras de montaña, de las que casi no tienen tráfico y por las que se puede ir tranquilamente; no soy muy partidario de utilizar carretera, pero en estos casos no hay más remedio y como ya he comentado, no suelen tener mucho tráfico que digamos.
Desde que partes de Río Madera hasta llegar al puerto de Crucetillas hay unos quince kilómetros, todos ellos cuesta arriba, claro está, no podía ser de otro modo, aunque sólo vamos a encontrar dificultades importantes en los últimos tres kilómetros, con pendientes que oscilarán entre el 7 y 10 por ciento.
Al coronar Crucetillas llegamos al punto más alto de nuestro recorrido, 1450 metros de altitud, pues bien, desde aquí hasta el kilómetro 27 no hacemos más que descender, llegando a los 950 metros de altitud como punto más bajo. La bajada es rauda y veloz, como diría aquel, pues aunque la carretera no está en el mejor de los estados posibles, permite dejarte caer con mucha seguridad.
Pronto divisaremos Riópar Viejo al este, el cual nos avisa de que estamos muy cerca del primer punto donde haremos una parada para tomar fuerzas, en Riópar, aunque sea en forma de café con leche, que aún queda mucha ruta por delante y no es cuestión de demorarse mucho.
Al pasar Riópar, tomaremos el desvío que nos llevará en primer lugar a Lugar Nuevo, y a continuación, empezar el segundo puerto de la jornada, el que pasa por el Cerro de la Boquera: 6 kilómetros con algunos tramos que rozan el 13 por ciento, pero que no se hace muy duro pues llevamos las piernas en el punto óptimo y se queda en unos 1250 metros de altitud...que no es nada después de lo que ya llevamos.
Arriba, en la cima, merece la pena parar un poco para: descansar, comer algo y sacar una foto...¡como no!
El siguiente punto de nuestra ruta es Cañada el Provencio, al cual llegaremos previo descenso que haremos para dejar el puerto desde los 1200 hasta los 1000 metros de altura. Así que en el kilómetro 37 empezamos de nuevo a subir, en esta ocasión, el puerto más tendido del día, que se queda en los 1200 metros de altura, con los porcentajes más cómodos de toda la jornada y con tan sólo cuatro kilómetros de longitud.
Si piensas que esto está hecho, estás muy equivocado...vamos camino ahora de Vegallera, el último pueblo antes de abandonar los "carreterines" y empezar a subir la última cota...son sólo cuatro kilómetros, pero vaya cuatro kilómetros más largos. Salimos de unos 1100 metros de altura para escalar hasta los 1400 metros, lo que significa que las rampas en algunos momentos con pendientes del 21 por ciento.
Además, dado que se trata de un camino, en muchas situaciones se encuentra totalmente roto, con lo que es muy fácil acabar con el pie en tierra y como no, terminar gran parte de esta cuesta andando, pues no hay manera de arrancar en dichas rampas.
En fin, que a ratos andando, a ratos en bicicleta, logras terminar el último puerto de la mañana, y desde luego, con una sonrisa de oreja a oreja, no te quepa la menor duda. Al final del puerto, además, te encontrarás con un monolito de piedra, natural, que en algunos momentos parece un moai, que te mira impertérrito, como vas subiendo poco a poco por sus dominios.
Ahora sólo queda llanear un poco por el Cerro de Los Gansos y Los Llanos para tomar la última dificultad de la jornada: en este caso se trata del último descenso, el que nos llevará hasta Río Madera de nuevo.
En los primeros kilómetros es complicado mantener la vertical, pues el camino está completamente roto, al lado hay un precipicio ¡enooooormeeeee!, y las fuerzas van tan justitas...en mi caso, como ya os imagináis, decidí bajar ese primer tramo andando, hasta que la pista mejora notablemente, y ya puede uno dejarse caer a lomos de su bicicleta hasta llegar al punto de partida.
Los datos
Esta es una ruta de 52 kilómetros, con 2300 metros de desnivel positivo acumulado, lo que la hace algo más exigente de lo normal, pero que sin duda alguna por su belleza, merece la pena hacer si tienes una forma física buena, y sobre todo, para hacerla en compañía de Tole Tole y Chano Chano, con ellos dos seguro que eres capaz de afrontar todas estas cuestas con garantías, pues es fundamental el saber dosificar los esfuerzos hasta el final, momento en el que afrontaremos el puerto más duro de la jornada.
Además, creo que es bueno planificar donde vas a tener el punto base, pues al ser una ruta larga más te vale tener preparado dónde vas a comer al finalizar la ruta. En cuanto a los puntos de avituallamiento, te recuerdo que en Río Madera tienes el hotel-restaurante que es el que yo elijo, en Batán del Puerto tienes otro, en Riópar hay sitios de sobra, y en Vegallera, también tienes otro lugar donde poder tomar algo.
Y como siempre, a continuación os dejo la ruta, y si quieres ver todas las fotos, pincha aquí, en este enlace.
Un abrazo...Edu
En fin..., 52 kms con 2300 metros. No digo ná y ahí lo dejo. Las fotos y la ruta son impresionantes comi impresionantes es... cómo te vas a poner, más fuerte que el vinagre...., pero si me apuras, más que la ruta, lo que me ha impresionado y mucho, es los pedazos de platos que te te has apretado, uno de ellos, tiene pinta de ser judías con oreja o chorizo y, el segundo..., debe ser la espuela.
ResponderEliminarEnhorabuena, otra serrana más a la saca. Saludos.
Lo cierto es que son las rutas que más disfruto, de lejos, con una buena carga de kilómetros y de acumulado se ve que me siento feliz..jajjaja
EliminarAdemás la sierra estaba (y está siempre) en esos días muy bonita, como para perderse y seguir haciendo kilómetros y más kilómetros.
En cuanto a la comida, lo cierto es que me supo a gloria: judías con oreja, una auténtica divinidad, ya lo creo que sí.
A ver si nos dejamos caer por la zona en una de estas, que siempre son muy muy agradecidas estas rutas.
Un abrazo...Edu