Buenos días.
50 años
Pues sí, hoy tocaba crónica especial y no una cualquiera, nada menos que la de un ¡50 aniversario! Pero no de 40 rutas (aunque ya vamos a por el quinto año de existencia), esta vez de se trata de mí, de "éste que suscribe"...50 años, ya he llegado al medio siglo. Supongo que no me quedan otros 50 años más, pero bueno, ya es una cifra considerable y no me puedo quejar.
Supongo que en estos 50 años algo bueno habré hecho, y algo malo también. Por el momento tengo una familia sin la que no podría vivir, unos cuantos buenos amigos, he sembrado muchísimos árboles, he escrito un par de libros y no, no he montado en globo. También tengo enemigos, aunque lo cierto es que cada día los veo más lejos, hace tiempo que dejé de fijarme en esas cosas.
No me voy a extender, pero creo que lo importante no es el camino que tomamos, sino el hecho de tomarlo; y esto es aplicable a cualquier ámbito de nuestra vida.
Así que, aplicando la máxima anterior y teniendo en cuenta que aquí hablamos (también) de rutas en bicicleta, me pondré manos a la obra en contaros la ruta que tradicionalmente vengo haciendo el día 31 de octubre durante unos cuantos años.
Lo primero es deciros que no hay nada como regalarte ese día (si ello es posible), salir por la mañana temprano, dar un buena ruta con tu bicicleta y volver por donde uno ha venido para pasar el resto del día con los tuyos.
Inicio de la ruta
Y así lo hice.
Parte del grupo tenía ese día también marcado en el calendario con una cruz bastante grande, tocaba una ruta por Pétrola, exigente, de las de atarse los "machos". Por lo tanto decidí que lo mejor era pasar por allí, saludar y tomar otros derroteros no tan exigentes, que todavía tenía las lumbares algo tocadas.
Salí por la vía auxiliar del AVE, que sin duda alguna es la más rápida para llegar a la zona de la sierra procomunal, por donde quería hacer unas pistas que todavía no había pisado con la BTT. Y sí, aunque parezca mentira, siempre queda algo por ver en aquellos parajes.
Inicio de la sierra Procomunal
La temperatura era agradable en los primeros kilómetros, tanto que pude quitarme la chaqueta pues estaba empezando a sudar, ahora bien, el viento lo llevaba de espaldas hasta llegar a los pies de los montes, donde el camino toma una orientación norte y el viento pasa a ser cruzado.
¡Madre mía! ¡Vaya frío que empecé a pasar! Puesta la chaqueta de nuevo empecé a subir por la pista más al norte que pega al campo de tiro, hasta alcanzar la parte alta de toda la sierra.
A partir de aquí ya sabéis que el terreno es un continuo sube y baja, entre montes y más montes de pinos y vegetación arbustiva. La idea era alcanzar un punto de la sierra donde dejando la valla del campo de maniobras a un lado, existe un camino que se adentra hasta la intersección con el que viene (o va) hacia Hoya Gonzalo.
Nuevos caminos
Dicho y hecho llegué a la zona de marras, donde cambié el casco por el salacot y por donde pude ver que efectivamente, aparecían nuevos caminos, y en principio totalmente transitables pues el recinto militar queda al otro lado.
Este ramal se encarama a una serie de montes y alguna vez han sido utilizados en las pruebas BTT de Chinchilla. Por cierto, que pude ver a algunas personas realizando el circuito de la prueba que tendría lugar, precisamente, ese mismo fin de semana.
Llamada y vuelta a todo trapo
Aún me aguardaba la subida más espectacular, pero cada vez me quedaba menos tiempo pues había quedado con Coronado para almorzar en ese día a eso de las diez y media...por supuesto, como siempre ocurre en estos casos, uno recibe la llamada en la zona donde no hay cobertura.
Decidí que ya era hora de volver, pero aún me quedaba algo de tiempo como para terminar la subida y una vez arriba, completar la llamada...llamada que sirvió para decir que iba a llegar algo más tarde, claro está.
Almuerzo en la Bodeguilla
Tuve que apretar a base de bien para no llegar más tarde de lo previsto... fue una buena paliza la que me tuve que dar, pero el resultado merecía la pena: almuerzo en la Bodeguilla. Recordad que ya os hemos comentado que tienen uno de los mejores panes que hemos probado para hacer los bocadillos que hayamos probado, sin duda alguna.
Por cierto, el jueves es día de mercadillo en la plaza central de Chinchilla y se notaba bastante ambiente en la plaza central del pueblo. Así que, no sólo había ambiente en las calles, sino que también se notaba en el local donde fuimos, que dicho sea de paso no sólo no era nada agobiante, sino que le prestaba algo de calor al local.
Creo que a tenor de las fotos se puede ver que también hicimos bien este trabajo, ya sabéis que cuando nos ponemos, ¡nos ponemos!
Vuelta para Albacete
En fin, que después de una tertulia más que animada no tuvimos más remedio que despedirnos y volvernos hacia Albacete; Coronado por la autovía y yo por la vía de servicio del AVE por la que había venido.
El viento, ¡como no! me siguió acompañando durante todo el trayecto, pero bueno, viviendo en Albacete, el no tener viento en estas fechas es algo utópico, se lo aseguro.
Finalmente cubrí una distancia de unos 57 kilómetros con unos 650 m de desnivel, eso sí, tranquilamente...ja ja ja
Aquí os dejo el enlace a todas las fotos y como no, la ruta.
Un abrazo...Edu
Bueno, pues muy pero que muy buena celebración la de tú 50 cumpleaños..., media vida..., que se dice pronto.
ResponderEliminarOjalá te dilatases otros 50, pero eso ¡quién lo sabe! Lo cierto es que hay que seguir hacia adelante, con o sin bici, pero siempre hacia adelante.
Buenas fotos de la zona que investigaste y buenas fotos en general de Chinchilla, que...., como siempre no defrauda.
Saludos.
En fin, no está mal el llegar a los 50 y seguir con el ímpetu y con las ganas que tengo de hacer tantas y tantas cosas. Lo cierto es que me falta tiempo para hacer todo lo que quiero hacer...ja ja ja
EliminarChinchilla nunca defrauda, es una frase que siempre repetimos. Lo cierto es que tanto si estás empezando o llevas toda la vida, allí están esos montes siempre esperándote: ciertamente no son grandes elevaciones en comparación con lo que tenemos por la sierra, pero desde luego que para nosotros son un paraíso.
En fin, que no sé si me quedarán otros 50 años más, pero lo que tengo claro es que los que me queden tengo que cuidarlos, ¡no te digo nada!
Un abrazo y nos vemos (esta vez, no sé cuando realmente, que tengo unas cuantas cosas pendientes...jajajaj...siempre falta tiempo).
Saludos...Edu