Buenos días.
El Cerro de San Vicente es una montaña de unos 950 metros en su parte más alta y de unos 3 kilómetros de norte a sur y unos 2,5 kilómetros de este a oeste. Situada a unos 5 kilómetros a Noroeste de Pozo Cañada y a unos 8 kilómetros al Sureste de Chinchilla. A lo lejos es fácil divisarla pues posee en la parte superior varias hileras de aerogeneradores, a lo que unido a una silueta en forma de barco invertido hace que la zona pueda ser divisada desde casi cualquier punto a la redonda. Una vez que estás arriba llegas a una especie de meseta que ocupa la parte superior de la montaña, con algún que otro pequeño valle en su interior.
Es una zona de monte bajo con presencia de bosque mediterráneo en la mayoría de su territorio de gran riqueza cinegética, donde aún queda alguna que otra aldea abandonada, y donde podemos encontrar una singular construcción de un aljibe con una manera muy ingeniosa de recoger el agua, pues aprovecha los cursos que el agua traza cuando llueve y cae desde la parte alta del monte hacia la falda; pero por encima de todo, hemos de destacar que es la zona donde se encontró el túmulo funerario de Pozo Moro, un monumento turreiforme que es sin duda alguna el cenit del arte ibero en la península.
La ruta de ayer trataba de investigar parte de este monte y sobre todo, visitar el emplazamiento de Pozo Moro, ¡vamos a ello!
En primer lugar he de decir que el amigo Coronado y Pedro Lara tenían prevista una ruta culinaria también bastante especial y dada la lesión de Coronado, era más que recomendable hacer esa ruta y no esta otra; así que ayer me tocaba hacerla por mi cuenta...por la noche había llovido y quería comprobar si el mecanismo de recolección de agua del aljibe estaba todavía en funcionamiento.
Me puse en marcha a eso de la ocho pues la jornada iba a ser larga y el inseparable Eolo me iba a acompañar hasta los montes aquellos soplando de cara a base de bien. Poco a poco fui ganando kilómetros pero de manera contenida, aún quedaban muchas horas y toda una zona de media montaña por descubrir, así que fui rodando con tranquilidad.
Cerca de Aldea Nueva ya pude divisar claramente el cerro y como poco a poco los caminos iban teniendo más vegetación, principalmente encinas. Toda esta zona posee un elevado número de cotos que hacen que no se pueda rodar por ellos en plena temporada de caza, pero dado que ya ha acabado y se ha declarado la veda, se puede circular por gran parte de estos montes, excepto si hay montería, como así me pasó a mi, os cuento.
Llegado a la falda del monte pude ver varios coches pero a nadie por allí para preguntar, con lo que continué mi ascensión. En primer lugar pasé por el aljibe, pero no había llovido lo suficiente como para que el sistema funcionara, así que continué la ascensión a un ritmo bastante bueno.
Aquí, en la meseta superior el monte está cerrado, hay gran cantidad de pinos y encinas y el paisaje se hace grande, bonito. Al cabo de unos kilómetros pude encontrarme con un par de muchachos que llevaban una gran cantidad de perros en un vehículo todo terreno y me avisaron de la cercanía de la montería, con lo que les di las gracias por la información, y me indicaron como salir de allí sin problema alguno, de modo que me puse en dirección hacia Pozo Moro.
Quiero destacar que en todo momento fue un encuentro cordial, con toda la buena educación que uno se puede imaginar por ambas partes, y que es de agradecer que esto sea así. Es evidente, y como ya sabéis, que desde aquí somos partidarios del respeto de las aficiones de cada uno, es fundamental que sepamos comprender que hay espacio para todos y que no hay actividades incompatibles, sólo malos entendidos.
Al llegar a la finca pude encontrar la zona donde se halló el yacimiento de Pozo Moro, un soberbio emplazamiento sobre el cerro y que permite divisar hacia el noreste un paisaje especial. Es cierto en la actualidad se trata de terrenos dedicados a las labores del campo, pero debemos imaginar en aquella época el manto verde que debía cubrír toda esa zona y la espectacular vista que debía poseer el emplazamiento.
Desde aquí pensé que lo mejor era no alargar más la ruta pues iba con la hora algo justa y además iba yo sólo, así que puse rumbo hacia Pozo Cañada para ver si me daba tiempo a tomar un buen café con leche y continuar la ruta. El café con leche lo tomé en Los Cañetes, donde pude ver dos nutridos grupos de "ciclistas" con los que crucé el saludo, nobleza obliga.
A las doce salí con la sana intención de llegar lo antes posible a Albacete, ¡y vaya que si lo hice! El viento me daba a favor, y además iba yo sólo con lo cual podía ajustar más el ritmo...los 27 kilómetros desde Pozo Cañada hasta Albacete (donde me esperaban mis compañeros para tomar una caña) cayeron en una hora; en fin, que muy contento pues además no llegué nada fatigado al punto de encuentro. Una vez allí me encontré con Pedro Lara, Ramón, José, Andrés y Coronado, con los que pude compartir un buen rato de charla.
Poco más os puedo contar, os dejo un enlace a todas las fotos y como no, la ruta.
En cuanto a los datos técnicos deciros que al final hice unos 76 kilómetros a una media de unos 20 km/h, en fin, una buena ruta.
Para saber: Monumento de Pozo-Moro
Es un sepulcro construido alrededor del 500 a.C,
de origen ibérico y localizado entre las localidades de Chinchilla y
Pozo-Cañada, justo por donde discurre la vía romana Complutum-Carthago
Nova.
De una gran importancia para el estudio de este pueblo ibérico
al que pertenecemos y con una arquitectura realmente avanzada.
Impresionantes relieves en las piedras talladas y destacando en todo el
conjunto unos leones adosados en las esquinas.
El aspecto oriental de los leones hace pensar en que es probable que algunas tallas las hicieran escultores del próximo oriente. La torre parece que nos narra las aventuras de algún tipo de héroe del lugar, junto con algunos pasajes de historia local.
puedes encontrar una crónica sobre la visita que hice al MAN y donde puedes visitar el monumento.
Para saber: El aljibe
Esta construcción para la recogida de agua que está en Cerro Vicente, se trata de una zona de piedra semicircular, donde el agua cae desde una pequeña cascada pero sólo cuando hay tormentas o la lluvia tiene un volumen alto. El agua se recoge en la zona superior del monte y baja hacia esta depresión a través de varias cárcavas que descienden poco a poco.
¿Qué hicieron los pobladores antiguos? Para aprovechar este accidente natural de la zona, edificaron un muro de contención de piedra para evitar avenidas y regular la salida del agua en las proximidades de la cascada seca, y unos cientos de metros más adelante otro muro, con una salida en el lateral a modo de acequia que desemboca en un aljibe; un sistema fácil y tremendamente efectivo.
Pared por la que cae la última cascada de agua |
Al fondo, en la parte superior, se puede observar la piedra por donde cae la cascada |
Bueno Edu, ¡fantástica ruta la del Domingo! Una pena no haber podido acompañarte, pero bueno..., ya sabes cuál es mi excusa.
ResponderEliminarNo diré mucho en este comentario más de lo que tú nos has contado en tú crónica, ni diré menos de lo que es Cerro depara a sus visitantes, ciclistas generalmente, pero si comentaré que merece la pena ser investigado de todas todas, y además que es una ruta muy agradecida, aunque "a priori", los kilómetros asusten.
Fenomenal la explicación histórico arqueológica que nos has narrado, párrafos con mucho detalle y muy elaborados y documentados.
La próxima, sin duda te acompaño. Por cierto, menuda media a la vuelta, 27 kilómetros en una hora...., a pesar del viento...., hay que hacerlos. Un saludo.
Amigo Antonio, lo importante es que para la próxima ya tenemos la ruta preparada...ja ja ja
ResponderEliminarBueno, es monte bajo con algunos repechos durillos, lo que nos gusta tanto.
Por otro lado, si vamos por allí tenemos que acercarnos por Pozo Miro, ¡Menudo sitio!
y como siempre digo, un día más y un día menos para que vuelvas a lo grande, aunque no será por falta de kilómetros...jecje je
Un abrazo...Edu