Buenos días.
Deberíamos empezar a preocuparnos más por el uso que estamos haciendo del castellano, no sólo no incorporamos demasiados términos de nuestro cuño, sino que la mayoría de las nuevas palabras proceden del inglés. Así es, no tenemos ningún rubor en terminar cualquier palabra en "ing" para hacerla nuestra, y términos como "puenting", "balconing" u "hostioning" son palabras cada vez más usadas por todos nosotros.
El uso del castellano es todo un placer y el hacerlo más y mejor debería ser una enseña de todos los comunicadores. Y esta tema, como ya os estais imaginando, viene de una conversación que hemos mantenido los cinco ciclistas que hoy nos hemos dado cita, y todo después de descubrir que Bartolo no es tal, que nuestro querido vóbido resulta que no era macho, ¡era hembra!
Y es que al pasar al lado de ella uno de nosotros ha exclamado esa frase tan castellana de "¡Menudo potorro que tiene!" Sí, señores, habrá palabra que mejor defina semejantes genitales, y si me apuran y haciendo uso de sufijo aumentativo, se trataba más bien de un potorraco.
Por que hoy se nos ha acercado nuestra querida vaca y se ha prestado a ser primer plano y portada de la crónica, y a esto, que mientras empezábamos a sospechar que por allí abajo no se le veían los huevos, el animal a tenido a bien darse al vuelta y enseñarnos el potorro. No había duda, no era Bartolo, era la vaca Paca.
Decidiendo la ruta |
Pero no me quiero desviar más, y simplemente deciros que nos dimos cita Pedro y Paco Lara, Teo, Coronado y este que suscribe, y que a las ocho y media con puntualidad manchega nos fuimos por la vía verde para acercarnos hasta el Hundimiento.
Ruta tranquila, como he dicho antes, y que ha dado para pasar una más que buena mañana de charla y más risas. Y no sólo eso, también de un buen almuerzo en el restaurante San Isidro de Aguas Nuevas, de los de mesa, mantel, frasca de vino, plato con huevos, patatas y jamón adobado, menos yo, que todo hay que decirlo, pues me he tomado una tostada que a sido la envidia de todo el bar (dejemne que piense eso, que me consuele algo). De los carajillos tampoco digo nada, perfectos, de tres colores y en su punto de quemado, aunque aquí he de decir nuevamente, que mi cortado también ha sido la envidia de todos los que por allí pululaban, ¡que se jodan!...ja jaj ja j ja
En fin, que la vuelta la hicimos por el camino de la Bacariza con la misma templanza que los kilómetros anteriores pero con los estómagos henchidos después de semejante desayuno, menos yo, claro está.
Al pasar por la valla donde está la que ya es nuestra mascota, no tuvimos más remedio que parar. El animal parecía que nos había olido y allí estaba, pegada a la valla y esperandonos para darnos los buenos días. En fin, que hoy ha sido nuestro día grande con ella.
Poco más dio de sí la ruta tras 55 kilómetros tranquilos, y eso sí, con una buena dosis de humor y de ganas de seguir en este noble arte del pedaleo siempre que se pueda.
Aquí os dejo el enlace a todas las fotos.
Un saludo...Edu
No hay comentarios:
Publicar un comentario