Buenos días.
La crónica de la ruta de ayer empieza con una dedicatoria a nuestro querido amigo Hans Dekker. Buen ciclista donde los haya, pero sobre todo mejor persona. He podido compartir con él unas cuantas rutas y desde luego que las he disfrutado todas. Desde aquí te mandamos un fuerte abrazo, que a buen seguro nos veremos en breve por esos caminos.
Y es que, el tema de las dedicatorias tiene miga: canción dedicada, libro dedicado, una película, una fotografía, un toro, un triunfo, una victoria…Ya me gustaría a mí que alguien dedicara alguna vez una derrota: “dedico esta derrota a toda mi familia y a mi entrenador que tanto me han ayudado a perder esta carrera”. Menuda cara de gilipollas se le tiene que quedar al periodista. Yo, como nunca he podido salir en una entrevista al final de una prueba no he podido dedicarla, ahora que el día que lo hagan se van a cagar…ja ja ja
Y puestos a recordar, en los años ochenta cuando todavía no teníamos internet y para comprar un disco había que ahorrar cinco años antes de que quisieras tenerlo, siempre teníamos a mano una radio. Fue una época muy buena para las radio fórmulas y en la que todavía se tenían formatos de épocas anteriores…como la canción dedicada.
¿Y cómo se pedían las canciones en los comienzos de la década de los ochenta? Por carta, sí señores, por carta, tiempos en lo que una llamada telefónica también valía lo suyo, a nadie se le ocurría llamar para dedicar una canción.
Así que con estos mimbres y en 1983, el grupo heavy Barón Rojo daba a luz lo que sería su tercer trabajo Metalmofosis, un LP de 10 canciones muy del gusto de nuestra generación y que coincidió en esa edad en la que eres aspirantes a adulto. Sí, seguro que ya lo estáis imaginando, un muy buen amigo mío (que no yo, ¡eh, que quede claro!) tuvo la idea de mandar todos los días una carta a la emisora para que le dedicaran una canción de ese disco. Y no penséis que todas las cartas las ponían en onda, cada día sólo un par de cartas, así que estuvo más de cuatro meses escribiendo cartas y corriendo desde la salida del instituto hasta su casa para poner la radio y poder escuchar y grabar el programa de marras, cruzando los dedos para que la carta elegida ese día fuera la suya. Así le pasó, que de tanto correr se hizo corredor de fondo. De tanto escribir no le pasó nada, se ve que el texto de la dedicatoria era fácil.
Pues después de la “breve” introducción que os he dado hoy, he de deciros que ayer nos vimos las caras nada menos que Hans, Nino, Esteban (nuevo compañero, que esperemos que repita más veces), Francho y como no, éste que suscribe.
Al igual que el día anterior, mi idea era hacer algo tranquilo pues la rueda trasera está rota y hasta que no la repare no puedo hacer ningún tipo de sendas, así que fuimos de nuevo por el camino que va paralelo al AVE para llegar bien pronto a Chinchilla. Una vez en el pueblo nos dirigimos hacia el cerro del repetidor.
Buena subida a un ritmo constante y que te permitía respirar, pues aunque el día estaba algo nublado y el sol no apretaba, ya empezaba a hacer algo de calor.
Al llegar arriba pude ver como la llanta tenía una nueva raja, así que decidí que lo mejor era volver a Chinchilla y si acaso circular por sus calles. Mientras, mis cuatro compañeros aprovecharon para hacer unas cuantas sendas por la sierra procomunal: senda de la balsa, llano de las gallinas, senda de la rambla del agua o río seco (es curioso que dos nombres tan dispares para el mismo camino)…
A las diez y diez nos vimos de nuevo en la plaza mayor de Chinchilla donde nos separamos en dos grupos, por un lado Hans, Nino y Esteban y por otro, Francho y yo que habíamos quedado con Pedro Lara y el cuñado de Francho (Javi) para darnos un merecido almuerzo. Buen grupo el que quedó por allí y con un nuevo fichaje como es Esteban, que parece que apunta muy buenas maneras con tan sólo un par de meses de bagaje en este deporte. Esperemos poder volver a verle en más de estas.
La vuelta la hicimos a buen ritmo y con mejor charla, de modo que nos plantamos en Albacete en un pis pas y como ya os imagináis pasamos un rato más que bueno durante el almuerzo. Buena compañía, buena conversación y muchas risas, a lo que hay que añadir lo bien que nos tratan en el restaurante el Badil, un sitio más que recomendable y donde por lo que se ve, nos damos cita cada vez más ciclistas.
Y es aquí donde dimos nombre a la crónica de hoy. No penséis que los ciclistas estamos siempre hablando de cambios, ruedas y rutas, también hablamos de otras cosas. Y tampoco por el hecho de ser hombres (y ciclistas) estamos hablando siempre de mujeres (casi siempre, eso sí), también hablamos de otras cosas. Mira tú por donde que hablando de casos y cosas Pedro se acordó de una obra de teatro que venía al pelo, a la que yo me acordé del nombre del autor (Jardiel Poncela para más señas) y Javi an además de sacar el nombre oficial de la obra, Cuatro corazones con freno y marcha atrás, sacó el nombre original de la obra, Morirse es un error.
No os digo nada más, sólo que es una obra más que recomendable para estas tardes de verano calurosas si lo que quieres es pasar un buen rato. Por cierto, otro fichaje importante es el cuñado de Francho, a ver si definitivamente se nos vuelve ciclista, otro par de visitas más y se nos pasa a nuestro bando de “beteteros”.
Pues desde aquí mandar un saludo para todos los que estuvimos ayer y sobre todo un fuerte abrazo para Hans.
Saludos…Edu
Como me he reido con la "breve" introducción de la crónica.
ResponderEliminarA ver si coincidimos pronto en alguna salida.
Ja Ja Ja. Gracias Vicente, Es que parece que no pero ya va pasando el tiempo y nos parecemos al abuelo Cebolleta, que siempre tenemos una batalla para contar. ;-)
EliminarPues la verdad que sí, que tengo ganas de hacer alguna ruta juntos, que ya va siendo hora. Y ya me han dicho que tienes un buen lote de rutas buenas, lo dicho, a ver si pasa el verano y nos damos un homenaje. Yo es que los veranos paro poco por aquí, y hasta que no llega septiembre me pego todo el verano despistado...ja ja ja.
Cuidate y que tengas buenas rutas.
Saludos...Edu
Muchas gracias Edu por la inestimable crónica, una de mis primeras rutas de la que tendré un recuerdo agridulce, conocí grandes personas que disfrutan del ciclismo por todos sus flancos, amistad, placer y deporte, aprendiendo de todos vosotros matices encantadores que desconocía de este deporte y digo agridulce por un pequeño accidente que tuvo nuestro amigo Hands deseándole una pronta recuperación, un saludo para todas las grandes personas que nos acompañaron y espero que pronto nos encontremos en una nueva ruta.
ResponderEliminarEsteban ✔️
Pues claro que tenemos que coincidir más veces. Además se te ve muy bien, con ritmo y que subes fácil, en un par de meses no hay quien te eche el guante.
EliminarEso sí, ya te digo que tenemos también el «reverso tenebroso». Menudos almuerzos nos metemos entre pecho y espalda algunas veces...ja ja ja
Lo dicho, placer compartido y hasta la próxima, que será pronto.
Un abrazo...Edu
¡Uffffff, vaya calor! Es imposible. Por encima de los 32 o 33º C, creo que no soy persona y menos encima de un bici. Para sufrir, tiempo hay.
ResponderEliminarVeo que os juntasteis una buna jartá de gente y como siempre, veo que cumplisteis con todos los parabienes de una buena ruta..., como debe ser.
Lo de Hans, es una putadas. Nunca sabes dónde vas a tener la caída y mira que extremamos la precaución, pero lo cierto, es que la falta de agua hace que caminos, pistas, trialeras y sendas, estén muy rotas y el porrazo siempre acecha. Por lo demás, muy buena ruta, muy descriptiva de lo que ha pasado encima y fuera de la bici.
Saludos Edu.
Así es, los caminos están muy rotos, no ha llovido nada prácticamente y eso se nota. De todas formas, un golpe te lo puedes dar en cualquier sitio...ya tenemos experiencia en ello..ja ja ja
EliminarBueno, a ver sinos vemos pronto, que esto del verano me descoloca.
Un abrazo...Edu