Siempre que hablamos de la épica ciclista se nos viene a la mente una tormenta perfecta, lloviendo o nevando, con vientos huracanados y un grupo de ciclistas sufriendo hasta lo indecible para llegar a una meta situada en la parte más inversimil de un monte interminable con cuestas cuyo pendiente supera continuamente el 30 por ciento. Incluso podemos ver las lágrimas de sufrimiento de esos pequeños héroes en sus monturas, lágrimas de dolor y de cansancio que no paran de caer mientras un pequeño hilo de baba se desprende de la comisura de los labios en un rostro en el que se puede ver el cansancio más absoluto.
Pues bien, ayer nos tocó a nosotros hacer que la ruta fuera épica, pero no os penséis que nos llovío (hizo un día estupendo para el ciclismo), o que subimos puertos interminables (ni siquiera llegamos a subir a Capiruzas); viento sí que tuvimos, el amigo Eolo no se pierde una y lagrimas puede ser que hubiera alguna, pero de risa. La épica vino a la hora del almuerzo, ya que llevábamos casi dos meses sin vernos decidimos que lo mejor era hacer una ruta buena (eso sí) y coronarlo todo con un mejor almuerzo, de los de mantel, plato y todos los predicamentos del buen yantar.
Para ellos nos dimos cita nada menos que seis fornidos y formidables ciclistas, como son Pedro y Paco Lara, Pedro Lara (Patillas Rotas), Marcial, Coronado y este que suscribe. Buen grupo.
La ruta planteada desde un principio era la de repetir el famoso recorrido de la Evaporita, y dado que es una ruta bastante larga con muchas variantes decidimos quedar a las 7:45 para evitar las horas centrales del día, que estamos en verano y el chicharro sigue cayendo a base de bien.
Los primeros kilómetros fueron contenidos, tomando velocidad poco a poco conforme iban transcurriendo los minutos. Salimos por la pista de la Baqueriza y bien pronto nos situamos en Aguas Nuevas. He de decir que a esas horas incluso parecía que podía caer algo de agua pues el cielo estaba cubierto y la temperatura se hacía realmente agradable.
Por aquellos campos fue donde vimos los primeros cazadores, y es que en Castilla La Mancha se ha abierto de nuevo la veda, lo cual significa que de nuevo debemos tener cuidado con los caminos que utilizamos. Bueno, nosotros somos gente tranquila así que fue en ese momento cuando decidimos que no íbamos a realizar la ruta de la Evaporita; es un coto importante y no creimos que fuera lo más correcto el pasar por esos sitios en estos momentos.
Con el cambio de rumbo nos fuimos derechos hacia el Hundimiento donde pudimos parar unos instantes para ver el agua precipitándose por el sumidero y ver como Pedro intentaba subir una cuesta casi imposible.
Desde aquí circulamos por las faldas del parque eólico de Capiruzas y llevados por la mano de Pedro Lara (el nuestro) fuimos circulando por aquellos campos sin un rumbo fijo. Visitamos una balsa que por allí tenemos y luego hicimos una visita a un cuco que está en lo alto de una loma. Una pena que parte de la cubierta haya caído, pues esta construcción no tenía una forma semi cónica (la tradicional) y era la primera vez que veíamos uno de este tipo.
Desde este momento es donde comienza la épica del ciclismo, donde se ven los auténticos "beteteros" en acción y es que a falta de lluvia estaban los riegos puestos y nos pusimos de agua y barro a base de bien, unido a nuestro querido Eolo que no sabe pasar sin nosotros pusimos rumbo hacia Aguas Nuevas, donde nos esperaban las viandas del restaurante San Isidro, un sitio bastante recomendable si es que vais por allá. Aquí os dejo un par de fotos del almuerzo que nos aplicamos...¡que épicos que somos, madre mía!
Terminado el almuerzo tan sólo nos quedaba volver para Albacete, lo cual hicimos repitiendo el camino de ida pues es el más directo. Al final, llegamos a Albacete con una ruta de unos 60 kilómetros a una media de 21 km/h, que tampoco estuvo nada mal.
Pues poco más dio de sí la ruta, un día perfecto del que difrutamos todos los allí presentes y más, después del tiempo que llevábamos sin vernos.
Saludos...Edu
Siempre digo lo mismo, pero es verdad...., todas las rutas me gustan y los kilómetros, pocos o muchos, con mayor o menor dificultad, hay que hacerlos. De todos modos, la ruta no ha estado mal..., a mi me salieron casi 62 kms. a casi 21 kms/hora..., teniéndo en cuenta que el viento nos daba de cara unas veces y otras racheado, creo que no esta mal.
ResponderEliminarLa Evaporita, va a tener que esperar..., la temporada de caza hemos de respetar, ja, ja, ja.
Saludos Edu y disfruta por Riopar.
Estupendo grupo y ruta, no hace falta muchos kilómetros ni subidas, la cuestión es pasarlo bien, y si es con esta grupeta, mejor que mejor, pasr un gran rato y saborear los suculentos manjares de Los Isidros, donde doy fe que se almuerza, muy pero que muy bien, y aun precio super barato, aun me acuerdo del plataco que nos pusieron, todo un acierto este lugar, saludos.
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