Buenos días.
No soy experto en temas de suelo, pero vaya, a poco que uno vea las fotos de hoy parece que esto se parece cada vez más a un desierto.
No es un desierto de arena o de piedra, este es simplemente de color amarillo. Todo seco, todo absolutamente seco, es que quedan muy pocas briznas de color verde. Se trata de la salida sureste de Albacete en dirección a Chinchilla que es hacia donde he dirigido mi bicicleta hoy.
El trayecto que va desde Albacete hasta Chinchilla no tiene un solo árbol. Es así de triste, y no sé la cantidad de rayos que han tenido que caer para tener tan desnudos estos campos, y no se me queden perplejos, ya saben ustedes el estupendo silogismo de nuestro campo, el rayo atrae al árbol, por lo tanto el árbol es malo, ergo tenemos que cortarlo. Parece una broma de mal de gusto pero lo cierto es que tristemente muchos árboles han caído por esa razón. Pero no piensen mal vuesas mercedes, también hay gente que los adora y que sabe que el rayo, cuando tenga que caer, caerá.
Pues si a esa desnudez de nuestros campos colindantes le unimos que hoy es uno de los días más calurosos de lo que llevamos de verano, está claro que la ruta de hoy no podía ser demasiado exigente. Así que a eso de las ocho y media tome el camino de Chinchilla, el que va paralelo a la vía del AVE pues era la mejor manera de llegar pronto a las estribaciones de las sierra procomunales y Chinchillanas.
Al llegar a Chinchilla decidí que lo mejor era subir al castillo por la cuesta del Mortirolo, estupendos porcentajes lo que allí se concentran y que además al no ser demasiado largos te permiten algún respiro antes de afrontan los últimos repechos del castillo.
El primer tramo de la cuesta se dio estupendamente pero el problema lo tuve al ir llegando a la zona alta, donde aparecen los primeros lienzos de la muralla del castillo y donde hizo su aparición un viento caliente, muy caliente, que hizo que rápidamente me lo pensara y que decidiera que lo mejor era dejar por aquellos lares la subida y que lo mejor era bajarme a la plaza mayor del pueblo a refrescarme...ya vendrán días mejores.
Hete aquí que al llegar a la plaza del pueblo me encontré con Marcial, que al igual que yo, había pensado que lo mejor era refrescarse en la fuente de la plaza mayor de Chinchilla. Hacía bastante tiempo que no nos veíamos así que visto lo visto, la chicharrera que estaba cayendo y la hora que se estaba haciendo, nos volvimos los dos para Albacete para poder compartir ruta y desayuno a la vuelta. Buena persona donde los haya pasamos un rato estupendo, compartiendo la ruta y buenos momentos.
De paso aproveché para preguntarle por la Cueva del Niño allá en Ayna, pues sé que él ya las había visitado con anterioridad. Os adelanto que antes de que acabe el año tendremos que hacerles una visita pues son un auténtico tesoro las pinturas rupestres que allí tenemos.
Poco más os puedo contar, mucho calor y esperemos que vaya cediendo poco a poco.
Como siempre, aquí os dejo las fotos y por supuesto el track.
Saludos...Edu
Para visitar: El Castillo de Chinchilla
Evidentemente el casco antiguo de Chinchilla tiene mucho que darnos, pero en este caso nos vamos a centrar en su castillo, el cual siempre ha ocupado un lugar muy destacado en la historia, y a lo que además hay que unir su emplazamiento absolutamente espectacular.
En lo alto del monte y dominando todo el llano se encuentra esta fortaleza, que ya en época ibérica se encontraba utilizada como reciento defensivo. Los romanos también utilizaron esta fortaleza, modernizándola y dándole mucho más protagonismo, pues según todos los escritos de la época, se trataba de un emplazamiento vital para las vías que allí transitaban. Los visigodos también ocuparon y utilizaron esta edificación, y a modo de curiosidad, fue el rey Sisebuto quién concedió el apellido Castillo a aquellos que trabajaban allí.
Sabiendo de su importancia, los árabes también ocuparon la plaza, la modernizaron, la dotaron de más lienzos de murallas y rebautizaron como Ghengalet.
El castillo ha ido incorporando sucesivas remodelaciones y alteraciones, y si tuviéramos que destacar algún siglo, ese sería el siglo XV, donde la construcción tomo la forma que ahora podemos observar, eso sí, con algunos cambios que se han continuando incorporando al mismo, pues en algún momento ha llegado a servir como penitenciaría. El estilo más relevante sería tanto el gótico como el renacentista.
De entre los elementos que más se hechan en falta, sin duda alguna, se trataría de la torre del homenaje, la cual se encontraba en el extremo norte del recinto, de planta cuadrada de 40 varas de alturas y no menos de de 10 varas de lado. Dado que la vara se corresponden con 0,8359 metros, podemos encontrar una de las torres más altas de la región, con 33 metros de altura y 8,3 de base, ¡casi nada!
Entre los personajes famosos podemos destacar que aquí estuvo preso César Borgia en 1504, de donde no pudo escapar por mucho que lo intentó, llegando incluso a matar al alcaide.
El castillo ha sido testigo de innumerables batallas e incluso en la guerra de la independencia jugó un papel decisivo en la defensa de la plaza por parte del pueblo chinchillano contra las tropas francesas.
Son muchos los elementos a destacar, los dos lienzos de la muralla, su planta poligonal, los emplazamiento artilleros, las arquitectura de las torres, su enorme foso que servía no sólo para defender la plaza, sino como aljibe para la recogida del agua de la lluvia.
El castillo fue rehabilitado no hace muchos años, consiguiendo que la obra volviera a coger el esplendor que nunca le tuvo que faltar, pero con un pero...Y es que después de realizar semejante tarea, nadie pensó en que ese patrimonio debe ser compartido por todos, y nadie cayó en la cuenta en que el castillo debe estar ABIERTO para que pueda ser visitado por dentro; sirva pues esta crónica de petición a quien corresponda, que seguro que un pequeño esfuerzo más, haría que ese castillo pudiera estar abierto
Para leer
Si queremos comprender mejor la fascinante historia de este pueblo, os recomiendo sin duda el libro Chinchilla de Montearagón, su encanto y su duende, de Plácida Ballesteros y Joaquín Molina Cantos
Lo digo y lo diré, Chinchilla no decepciona nunca, aunque hayas hecho la misma ruta miles y miles de veces. Siempre hay algo diferente que hacer en la misma ruta, una callo, una subida, parte de una senda, en fin cualquier cosa.
ResponderEliminarEn cuanto al calor, en el Mortirolo hiciste lo que una persona con sesera ha de hacer, no jugársela. Recuero mi ruta de tarde hacia el Polvorín hace dos veranos, cayendo más de 36º C y su consiguiente pájara. ¡Que mal" No merece la pena, menos mal que aprendía.
Buena ruta Edu y mejores fotos. Un saludo.