Buenos días.
Si la actualidad desgraciadamente está marcada por el dichoso
coronavirus, no está de más que de vez en cuando nos relajemos y nos olvidemos,
por lo menos un poquito, de cómo están las cosas, y lo que es peor, de cómo se
pueden poner.
Lo cierto es que todos estamos recibiendo continuamente un bombardeo
de mensajes por nuestro whastsapp, por la radio, por la televisión, periódicos
y no sé cuántos medios más. Los mejor de la rumorología se agolpa en estos días
para llamar constantemente a nuestras puertas y hacer que la situación, lejos
de que sea tomada con la calma necesaria, se convierta en el momento ideal de
cualquier paranoico.
Por supuesto que es necesario tomar
medidas, tanto colectivas como individuales, hacer caso a las recomendaciones y
tomarse muy en serio la situación. Que no nos queda la menor duda.
Ahora bien, lo que me parece
realmente bochornoso es la pandilla de descerebrados que se ha liado a lanzar
mensajes falsos o historias conspiranoicas…bastante tenemos ya encima como para
tener que aguantar aún encima al tonto de turno.
Y hecha la reflexión, vamos con la
ruta, que fue todo un gustazo el que nos dimos ayer.
Nos dimos cita José M., Teo, Nino, Pedro
Lara R. y éste que suscribe a eso de las cinco, y hechos los saludos
correspondientes (sin darnos la manos ni acercarnos) nos pusimos en marcha. Lo
cierto es que nosotros siempre empleamos una frase que nos hace mucha gracia, y
es la de “que corra el aire”…así fue, desde el principio hasta el final.
Nos dirigimos hacia la sierra de la
Cabrera por el camino-rambla, ese que tanto me gusta, y cogimos esta sierra
entrando por la senda de la culebrilla. Lo cierto es que el ritmo no era malo y
los kilómetros iban cayendo uno tras otro muy fácilmente. Desde aquí subimos
hacia el parque eólico y una vez arriba nos propusimos poner rumbo hacia
Chinchilla.
El primer pinchazo de la tarde lo
protagonizó José M., que tuvo a bien enganchar una piedra que yo le había
señalado, lo cierto es que es muy obediente…jajajaj
Arreglado el pinchazo nos fuimos
hacia el Pozo de la Peña, donde paramos para reponer aguas pues el calor de
ayer era bastante fuerte, pasaba de los 25ªC y al ser los primeros de la
temporada se notan mucho.
Pasamos por Chinchilla y tomamos
camino del repetidor para coger la senda que sale del depósito de agua y de ese
modo alcanzar el Llano de las Gallinas. Paramos unos instantes para ver los
petroglifos y explicar unas ideas sobre su origen, y terminada la visita nos
dejamos caer por Río Seco, donde Pedro Lara R. protagonizó el segundo pinchazo
de la tarde. En esta ocasión, un espray con líquido sellante se encargó de
hacer el arreglo temporal y permitirnos la vuelta a Albacete.
Poco más os puede contar, tan sólo
que hicimos unos 45 kilómetros combinados con algo de llaneo, montes y sendas,
lo dicho, todo un placer en los tiempo que corren.
Pd. Ninguno de los del grupo de ayer tuvo problemas respiratorios y además los esputos eran claritos...todos tranquilos.
Es cierto que la paranoia se apodera de los insensatos e hipocondríacos y, si a ésto sumamos la cantidad de basura alarmista que recibimos por e-mails, whattsapp y demás redes sociales..., acabaramos ya. Sin embargo no hay que perder de vista que la situación es seria. Ayer mismo hablé con una amiga y con mis padres que están en Madrid y me comentaron que en los medios de comunicación no se dice ni la mitad de la situación real de los madrileños.
ResponderEliminarEn cuanto a la ruta, Chinchilla... ¿qué decir que no esté dicho y ciclado ya? Muy buena ruta y estupendas fotos, sobre todo las de los túneles con el cielo anaranjado de fondo.
Saludos a todos.
Han pasado unos cuantos días desde que escribiste el comentario, y curiosamente, entre unas cosas y otras no he podido hacer nada en el blog.
ResponderEliminarEs curioso, aunque estemos recluidos en casa, parece que siempre nos falta el tiempo...hay que joderse.
Ni por un momento podíamos pensar que esto se iba a poner así de serio, es tremendo...hoy es 25 de abril, y ya hemos pasado de 47.600 afectados...y lo que nos queda.
Ojalá que este fin de semana empecemos a ver por fin como esa puñetera curva empieza a flexibilizarse y van cayendo los afectados...ojalá.
EN fin, lo de "yo me quedo en casa", en mi caso se cumple a rajatabla.
Y desde aquí quiero desearos a todos y a los vuestros que tengais toda la salud necesaria para pasar este envite, para que luego podamos contar nuestras batallitas en la próxima ruta, para que nuestros mayores puedan volver a salir a la calle sin miedo...
Hoy sí, un gran gran gran abrazo, amigo Antonio
Y claro, un saludo a todos...Edu