Buenos días.
Estamos en Otoño, es el tiempo de las setas, de los tonos ocres, y sobre todo, de andar...se acabó el verano y con el final de la estación veraniega las temperaturas se vuelven agradables, el sol deja de apretar y los caminos se van limpiando poco a poco con las primeras lluvias de la estación...así que toca andar, ¡y vaya si lo hemos hecho!
Así que en esta ocasión nos calzado las zapatillas, hemos sacado los bastones y nos hemos vuelto a marcar una ruta de 80 kilómetros "andarines". Y lo mejor de todo es que en esta ocasión nos han acompañado dos personas excepcionales, dos amigos de los de veras, nada menos que Juani y Mariano, ¡no se puede pedir más!
Como era su primera vez, decidimos entre todos que quizá era mejor dividir la ruta en tres tramos, una primera de 40 kilómetros hasta el hotel-restaurante La Paella, una segunda etapa de 30 kilómetros hasta el pueblo de Robledo, y una tercera mucho más liviana para completar el trazado hasta el Santuario de Cortes. ¡No les hubiera hecho falta! jejejeje
Existen muchas maneras de plantear el camino y las más comunes suelen tener una primera etapa hasta Balazote, o bien, El Jardín, y un segundo día donde finalizar el camino. También los hay que prefieren hacerlo todo de una tirada, o incluso los que hacen pequeños tramos y van completando el camino escalonadamente. ¡Da igual! Lo importante es hacerlo.
La Recta
Como ya sabéis, y si no, os lo cuento, hemos de tener en cuenta que esta es la vía verde, y discurre por el antiguo trazado del ferrocarril Baeza-Utiel, por lo que la línea recta es la predominante en el trazado siempre que los campos lo permiten.
Los primeros kilómetros poseen algo más de variedad, incluso se pueden tomar variaciones para acortar algún kilómetro como el camino del Canal de la Estacadilla...pero da igual, al final todos van a desembocar a esta vía...y es una recta, interminable, pongamos como nos pongamos.
Pero como todo en esta vida, lo que empieza, acaba, así que armados de paciencia y dosis de buen humor, el camino se va haciendo poco a poco, hasta que por fin se divisa el pueblo de Balazote, y con él, el camino nos anuncia un cambio radical en el paisaje, pues empieza el valle del río Jardín.
No es que sea un río muy caudaloso, pero al menos hace que desde ese momento el color verde nos acompañe todo el camino...y ahora, precisamente en el Otoño, el camino se transforma más áun si cabe, pues la gran mayoría de árboles mudan el verde por el amarillo, lo que hace que sea un espectáculo para la vista.
En fin, que después de 40 kilómetros llegamos a nuestro primer objetivo, La Paella, donde por fin podremos descansar después de una ruta no muy exigente, pero que se puede hacer muy, pero que muy larga.
Hasta Robledo
Para el día siguiente vamos a recorrer durante todo el trayecto el valle del río, y a lo largo de unos 30 kilómetros vamos a poder contemplar algunas zonas realmente espectaculares, como la que está alrededor de la piscifactoría.
Además, es precisamente en esta parte del recorrido donde tenemos varios túneles en los que no existe iluminación alguna, lo que nos obligará a llevar algún tipo de linterna, pues os aseguro que hay puntos en los que se hace la oscuridad casi absoluta.
Una buena idea, al menos para nosotros, es parar en El Jardín para almorzar, pues se alcanza dicho punto de la ruta a una hora en la que el hambre empieza a hacer sus efectos y no se me ocurre nada mejor que hacer ese parada en el camino.
El camino siempre apunta un poquito para arriba, pero desde aquí y hasta el final de la etapa, la pendiente va a ser algo mayor...no es difícil, ni mucho menos, lo malo es que en nuestro caso nos alcanzó una lluvia que en los últimos 11 kilómetros de ruta, nunca nos abandonó. Al principio la cosa tenía su gracia, pero cuando las zapatillas empiezan a hacer "chof-chof" a cada paso, deja de tener su "aquel" para convertirse en una pesadez (aunque se me ocurren otros muchos epítetos para definir ese rato).
En fin, que alcanzamos Robledo empapados de agua, pero por suerte, ninguno de nosotros cogió resfriado alguno. En esta ocasión, teníamos el coche aparcado en el pueblo para ir a dormir a Alcaraz, pues no hubo manera de encontrar un hotel abierto en este pueblo.
Al Santuario desde Alcaraz
Que Alcaraz sea una de las joyas de la ruta, y que está a escasos kilómetros del Santuario de Cortes ya os da una idea de porque hicimos la última noche es este pueblo. Supongo que la foto habla por sí sola de la monumentalidad de este lugar.
Desde aquí existen varias opciones para ir al Santuario y en unos pocos kilómetros podréis alcanzar vuestra meta, así que es otra manera de completar la ruta sin tener que deshacer los kilómetros ya realizados. El camino que parte del pueblo y va paralelo a la carretera es muy fácil y está perfectamente acondicionado para estos menesteres.
El Santuario de Cortes
El Santuario de Nuestra Señora de Cortes se encuentra situado al suroeste de la provincia de Albacete, a tan sólo 5 kilómetros de Alcaraz y en los inicios de la sierra a la que presta nombre.
Peñascosa, La Hoz, Solanilla, Canaleja y El Horcajo son algunos de los pequeños pueblos que también podemos encontrar alrededor del santuario, siempre a escasos kilómetros del enclave que hoy nos ocupa.
Este santuario es de singular importancia en la zona y en las romerías que se celebran los días 1 de mayo, 26 de agosto y 8 de septiembre, son innumerables los devotos que acuden desde toda la provincia de Albacete, desde las comarcas de Campo de Montiel y Calatrava en Ciudad Real, desde la Sierra de Segura y El Condado en Jaén y desde la Vega Alta del Segura en Murcia.
Pero, ¿de dónde procede esta devoción tan especial? Sin duda alguna tendremos que remontarnos a sus orígenes para poder entender esta tradición tan arraigada, pues la historia comienza nada menos que a principios del siglo XIII. La sucesión de hechos es la siguiente:
1210: En el Castillo de la Atalaya, a unos 5 kilómetros de Alcaraz y muy próximo al emplazamiento del actual Santuario, se celebran las primeras Cortes de los reinos cristianos con el objetivo de preparar las próximas batallas cruciales en la reconquista, entre ellas la de las Navas de Tolosa en 1212, dándose cita Alfonso VIII de Castilla, Sancho VII de Navarra y Pedro II de Aragón
1º de mayo de 1213: Alcaraz es conquistada por Alfonso VIII
1º de mayo de 1222: Aparición de la virgen. El pastor Francisco Álvarez, natural de Solanilla, tiene una visión de la Virgen dentro del tronco de una encina, en las proximidades del Castillo de la Atalaya. Durante la aparición, ella le revela que se debe levantar un templo donde se obrarían toda clase de prodigios y le muestra el emplazamiento del mismo. Parece ser que Francisco Álvarez tenía un brazo inmóvil desde su más tierna infancia, y éste fue curado para que fuera creído; de este modo fue que los Alcarazeños construyeron el santuario, y la virgen recibió el nombre de la Virgen de la Atalaya. En el inicio del santuario la primera imagen de la Virgen fue una pieza de talla tardo románica, de la que desgraciadamente no quedan restos actualmente; hoy por hoy la virgen es una pieza de vestir, es decir, una especie de maniquí de la que tan sólo se pueden ver manos y caras, pues el resto son mantos bordados.
1265: En este año se producen las segundas Cortes entre el reino de Castilla y el de Aragón en Alcaraz, Alfonso X El Sabio por un lado y Jaime I de Aragón por otro. Dada la proximidad de Alcaraz a la Virgen de la Atalaya, ambos monarcas acudieron innumerables veces a pedir su intercesión y ayuda. Así es como con el trascurso del tiempo este lugar pasó a denominarse Virgen de Cortes. Ambos reyes decidieron aportar fondos para la ampliación de la iglesia existente, la construcción de una hospedería así como una serie de privilegios y donaciones. En los años sucesivos fue siendo ampliando y cedido hasta 1835 a la Orden de la Santísima Trinidad y Redención de Cautivos de los frailes Trinitarios, año en el que fueron exclaustrados.
En cuanto a las romerías tenemos que destacar sin duda alguna la que se produce el día 8 de septiembre, día clave para gran parte de las celebraciones marianas. En estas fechas son innumerables las personas que acuden al Santuario en romería, destacando los que desde Albacete cubren los 83 kilómetros en dos jornadas.
Algún consejo
Son fáciles (y no me gusta dar muchas recomendaciones), pero en vuestro equipo es muy importante que:
- llevéis suficiente cantidad de agua el primer día, pues no existe ningún lugar donde poder recargar desde la salida de Albacete hasta la gasolinera de Balazote
- llevar bastones de marcha nórdica, o sea, dos, uno para brazo...se nota en las articulaciones de las piernas una auténtica barbaridad
- un chubasquero si la predicción te dice que va a llover...jejeje
- una linterna para el segundo día
- calcetines antiampollas, que es una garantía de que los pies te van a aguantar sin ningún tipo de problemas con las rozaduras
- y sobre todo, llevar a unos compañeros de viaje tan bueno como los que hemos llevado nosotros en esta ocasión, ¡eso sí que es una garantía de que vas a disfrutar en el camino!
Fotos y rutas
Aquí os dejo la ruta, cuando accedais a ella, podréis ver que se compone de dos tramos:
Y como no, unas cuantas fotos en este enlace.
Saludos...Edu